Con una bebé a cuestas, decidimos aprovechar la baja por maternidad y paternidad para hacer una prueba de viaje por Europa. Solemos hacer una media de 4-5 viajes por año, entre pequeñas escapadas y viajes de mayor duración. Empezar a tener una familia choca a priori con la agilidad que normalmente uno tiene para moverse y descubrir un mundo de experiencias casi limitadas. De hecho, tradicionalmente, tener familia con bebés y niños pequeños ha sido sinónimo de rutina y de no moverte mucho de un entorno seguro hasta que éstos tengan uso de razón.
Viajar por el mundo nos hizo fijarnos en una cantidad considerable de parejas que no les importa cargar a sus hijos a cuestas hasta el final del mundo. Lo vimos en Bali, en Tailandia, en Costa Rica, etc. En mi opinión, las barreras que nos impide continuar viajando cuando forjamos una familia, están en nuestro pensamiento y en el miedo a “qué pasaría si…”. Indudablemente, hay que tener sentido común, y no llevar contigo a un bebé a sitios potencialmente peligrosos, con enfermedades endémicas como la malaria o el dengue, o subírtelo a 4000 metros de altura en los Andes. Sin embargo, hay una gran cantidad de países en los que viajar con un bebé no supone apenas un gasto adicional, ofrecen entornos seguros y hay cobertura hospitalaria decente. Para empezar a viajar con un bebé, Europa ofrece un entorno ideal.
Es cierto que organizar un viaje con tu pequeña hace que tengas que realizar un “extra” de esfuerzo. La planificación diaria tiene que ser sencilla, te tienes que dejar alguna que otra cosa sin ver, tienes que decidir cada día si usar el carrito o porteo (portear es esencial en cualquier tipo de viaje) o ambos – ya que, si decides usar el carrito y decides visitar lugares con escaleras o empinadas cuestas, no sobrevivirás al día. Y una anotación muy importante, tienes que estar en forma, puesto que llevar a tu pequeña a cuestas es similar a sacar a pasear unas mancuernas de gimnasio durante horas.
Para realizar este primer viaje tan especial pusimos el foco en Venecia donde haríamos una visita de 3 días, y luego, alquilaríamos un coche para visitar dos enclaves (Pula y Rovinj) en la península de Istria (Croacia) y acabaríamos en el pequeño país de Eslovenia, que sin duda es uno de los rincones más increíbles de los Balcanes, a pesar de ser un país tan pequeño.
Mi intención es que este artículo esté más enfocado en el viaje más como experiencia personal que como una guía de todo lo que tienes que saber para viajar con tu niño pequeño. Aun así, mencionaré los pormenores y algunos consejos que a nosotros nos han sido muy útiles durante el viaje. Empezaré mencionando que el vuelo de un bebé es de tarifa reducida (si aproximadamente, nos costaron los vuelos ida y vuelta directo a Venecia por unos 200 EUR, el vuelo de la bebé nos salió por unos 30 EUR, que entiendo que es la tarifa mínima exigida). Ojo, la tienes que llevar encima contigo, y no tienes un asiento adicional para llevarla, de ahí que la tarifa sea casi gratis.
Cada aerolínea tiene sus reglas. Por ejemplo, con Iberia puedes consultar todos los pormenores aquí:
Viajar con niños en el avión – Iberia España
Si no han cumplido los dos años y no ocupan asiento, pagan entre el 30 y el 10% del precio de la tarifa del adulto que lo acompaña. Si lo ocupan serán tratados como los niños de entre 2 y 11 años.
Al ocupar asiento, deberás llevar contigo una silla de coche homologada (sello de calidad de la UE,ECE R44/03 ó ECE R44/04) en la que viajará el bebé teniendo en cuenta las normativas de seguridad.
Primera ventaja de volar con bebés
Volamos con Iberia para evitar la típica pelea con una aerolínea lowcost por llevar extra de equipaje con la niña. Quizá la próxima vez intento hacerlo con compañías lowcost, pero tendré que fijarme en la letra pequeña. Iberia en la T4 de Barajas dispone de un mostrador específico para familias con niños pequeños por que la primera ventaja es esta. No tienes que esperar la larga fila de facturación estándar, y en nuestro caso, nos atendieron inmediatamente.
Segunda ventaja de volar con bebés
La segunda ventaja que te facilita el viaje es que la niña tiene un bulto de facturación totalmente gratis consistente en una silla/carrito de paseo plegable o una silla de coche (más los dos bultos más pequeños de equipaje de mano). Aquí está el punto de fricción que puedes tener con otras compañías porque cuando viajes con un bebé de menos de 6 meses, el carrito que llevamos es más robusto y se compone de dos piezas (la estructura de las ruedas, por un lado, y por otro, el capazo). Por tanto, al no encuadrarse en un carrito de paseo plegable, como indica en las instrucciones de la página de Iberia, es posible que nos pusieran algún impedimento. Sin embargo, todo fue sobre ruedas y nos facturaron el carrito de dos piezas, pudiéndolo llevar directamente a las puertas del avión.
Tercera ventaja de volar con bebés
La tercera ventaja la encontramos en el control de seguridad donde las familias tienen uno especial para ellos. Es un control con menos pasajeros pero un poco más tedioso a nivel personal ya que tienes que pasar dos equipajes de mano extra de tu bebé, adicionalmente a los tuyos. Tanto la comida como la bebida de la pequeña nos la dejaron pasar. El nivel de seguridad con líquidos es más permisivo.
Cuarta ventaja de volar con bebés
La cuarta ventaja la encontramos a la entrada del avión, ya que las familias con niños pequeños tienen preferencia de entrada, y así aprovechamos a colocar todo el equipaje de mano con preferencia. El vuelo fue rápido y la niña estuvo atada con un cinturón de seguridad apoyada a su madre. Lo único que tienes que vigilar bien es que al bebé no le duelan los oídos por lo que es recomendable que le des biberón o un chupete tanto en el despegue como en el descenso y el aterrizaje.
Ya por fin, llegamos a Venecia, con una bebé de 3 meses radiante de energía. He estado ya varias veces en esta hermosa ciudad única en el mundo, y nunca me canso de admirar algo tan bello e imponente.
Venecia es arte, el arte es Venecia. Se trata de una ciudad asentada prácticamente sobre más de 100 islas interconectadas con puentes. Desde el aire parece que es un conjunto monumental y arquitectónico realizado sobre el agua de la laguna de Venecia. Una parte del más bello movimiento renacentista lo inmortalizaron en una ciudad, que decidieron hacer en un entorno único.
Venecia data del SV, en el que el grupo de habitantes de la zona, ante las incursiones germánicas, decidieron adentrarse en las islas de la laguna para encontrar un plus de seguridad. Inicialmente, este conjunto de islas estuvo bajo el paraguas del Imperio romano de Oriente, pero a medida que fueron perdiendo influjo como imperio, Venecia se fue constituyendo como una ciudad-estado, convirtiéndose en una rica potencia marítima que le ayudó a dominar el comercio en el Mediterráneo.
Quizá un ejemplo del apogeo veneciano fue la primera exploración europea que se adentró en territorios asiáticos desconocidos para occidente, superando incluso las incursiones de Alejandro Magno que llegó al río Oxus (o Amu Daria, que separa las actuales Turkmenistán y Uzbekistán). Efectivamente, me refiero a la familia Polo, primero Niccolo y Maffeo, y posteriormente el viaje junto a su hijo y sobrino, respectivamente, Marco Polo. Para aquellos que quieran saber más de esta maravillosa época de descubrimiento y primeras conexiones entre occidente y oriente, recomiendo el Libro de las Maravillas del Mundo.
Muchos exploradores posteriores, como Cristóbal Colón, tomaron de referencia al mismo Marco Polo a la hora de acometer sus propias hazañas. Desafortunadamente, nada queda de la casa de los Polo en Venecia, que acabó desapareciendo.
A continuación Primer Día en Venecia.