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Salina Turda y Alba Iulia: historia subterránea y legado imperial (Transilvania – día 4)

Continuación de Sibiu, y su origen Sajón (Transilvania – día 3).

La Salina Turda: del oro blanco de Roma a maravilla turística subterránea

A poco más de una hora en coche desde Sibiu, nos encontramos con nuestro próximo destino, iniciando una nueva jornada en Transilvania en la Salina Turda.

La Salina Turda, situada en el distrito de Cluj, en Transilvania, es uno de los complejos salinos más antiguos del mundo, con más de 2.000 años de historia. Su historia se divide en varias etapas clave que han moldeado su fisonomía y su función actual.

Salina Turda

Época romana (siglo I – IV d.C.)

Los romanos, expertos en ingeniería minera, fueron los primeros en explotar de manera sistemática las vetas de sal de la zona, poco después de la conquista de Dacia en el año 106 d.C. La sal era un recurso estratégico, no solo para la alimentación, sino para la conservación de alimentos y el comercio. De hecho, la palabra salarium (de donde viene “salario”) hace referencia al pago en sal que recibían algunos soldados. En Turda, las excavaciones eran rudimentarias pero eficientes, y el mineral se transportaba en carros tirados por animales hacia Apulum (actual Alba Iulia) y otras ciudades romanas.

Edad Media (siglo XI – XVI)

Con la consolidación de Transilvania como principado bajo influencia húngara, la mina de Turda se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos de la región. Los reyes húngaros controlaban directamente su explotación, y la sal se distribuía a lo largo de toda Europa Central. Ya en esta época se comenzaron a abrir galerías más profundas y se empleaban métodos de extracción más avanzados, con pozos verticales y sistemas de poleas para subir los bloques de sal.

Las antiguas máquinas de extracción

Periodo moderno temprano (siglo XVII – XIX)

Bajo la administración de los Habsburgo, la mina vivió una expansión sin precedentes. Se construyeron nuevas galerías, como la Galería Franz Iosef (1853), que mejoraron el acceso y el transporte interno. La sal se extraía en bloques que luego se tallaban en piezas más pequeñas. En esta época se excavaron las impresionantes cámaras en forma de campana, como la Mina Terezia y la Mina Rudolf, con techos de más de 40 metros de altura.

Galería Franz Josef
Un parque de atracciones en una mina de sal

Declive y cierre (siglo XX)

A comienzos del siglo XX, el ritmo de producción empezó a disminuir debido a la competencia de otras minas más modernas. Finalmente, en 1932 la explotación comercial cesó, y el lugar se utilizó de forma ocasional como almacén de queso o refugio antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial.

Restauración y renacimiento turístico (finales del siglo XX – actualidad)

En la década de 1990, las autoridades locales vieron el potencial de la mina como atracción turística y comenzaron un ambicioso proyecto de restauración. La reinauguración oficial tuvo lugar en 2010, y desde entonces la Salina Turda ha sido considerada una de las minas de sal más espectaculares del mundo.

Mapa de la mina de sal

Hoy, los visitantes pueden recorrer sus galerías históricas, descender en ascensores panorámicos, navegar en barca por el lago subterráneo de la Mina Terezia, y disfrutar de instalaciones únicas como una noria, canchas de minigolf, pistas de bolos y un anfiteatro subterráneo. Todo ello, conservando las paredes de sal que narran miles de años de historia geológica y humana.

Como curiosidad, mientras se camina por los 900 metros de túneles de sal y arena, se descubrirá una capilla con Jesús y María incrustados en la sal; los mineros solían rezar aquí antes de bajar.

La Capilla de Jesús y María

Nuestro recorrido por la Salina Turda fue el siguiente.

Mina Rudolf

Pasados unos 300-400 metros de túneles hay un ascensor que te baja a la Mina Rudolf. La parte negativa es que hay que esperar un rato a que baje y suba a los visitantes, y puedes llegar a esperar una buena media hora en horas transitadas (de ahí que sea buena idea ir a primera hora y dejar Alba Iulia para la tarde).

La impresionante Mina Rudolf desde arriba

La Mina Rudolf es una de las cámaras más impresionantes de la Salina Turda y un verdadero prodigio de ingeniería minera. Excavada entre 1868 y 1870, tiene forma de campana invertida y unas dimensiones colosales: 42 metros de profundidad, 50 metros de ancho y 80 metros de longitud. Sus paredes, cubiertas de vetas blancas y grises de sal, forman un espectáculo visual que recuerda a una catedral subterránea.

Hoy en día, esta mina se ha convertido en el corazón turístico del complejo, con un mirador panorámico desde el que se aprecia toda su magnitud. Entre las atracciones que alberga destacan:

  • Rueda panorámica (ferris wheel): ofrece vistas únicas del interior de la cámara y de sus vetas de sal.
  • Minigolf: un campo de varias pistas para jugar en un entorno único.
  • Bolera: dos carriles perfectamente equipados.
  • Cancha de bádminton: para los que quieran algo más de movimiento bajo tierra.
  • Mesas de billar y ping-pong: ideales para pasar el tiempo de forma relajada.
  • Área de juegos infantiles: con columpios y toboganes para los más pequeños.
  • Anfiteatro subterráneo: un espacio con graderío donde se celebran conciertos y eventos especiales, aprovechando la excelente acústica natural de la mina.
Minigolf
La especie de noria metalizada
Mina Rudolf

La temperatura en la Mina Rudolf se mantiene estable todo el año, en torno a 10-12 ºC, lo que la convierte en un refugio fresco en verano y un lugar templado en invierno.

Mina Terezia

La Mina Terezia es la joya más singular de la Salina Turda. Excavada entre 1690 y 1880, presenta también una forma de campana, pero en su fondo alberga un lago subterráneo natural de aguas salinas, formado por filtraciones de agua de lluvia y de las paredes de sal.

El lago subterráneo en Mina Terezia
  • Dimensiones: la cámara tiene 90 metros de profundidad y 70 metros de diámetro, mientras que el lago cubre unos 80 metros de largo y 40 de ancho, con una profundidad máxima de 8 metros.
  • Isla central: en medio del lago se ha construido una isla artificial con pasarelas de madera e iluminación futurista, que le da un aspecto casi de escenario de ciencia ficción.
  • Paseos en barca: los visitantes pueden alquilar pequeñas barcas y remar por el lago, una experiencia mágica gracias al reflejo de las luces y las vetas de sal en el agua.

La iluminación de la Mina Terezia ha sido diseñada para resaltar las formas y texturas de las paredes, creando un ambiente único, con tonos dorados, plateados y azulados.

El casi surrealista decorado de Mina Terezia

Quedamos francamente impresionados por las dimensiones de la mina, y que las autoridades tuvieran la visión de reconvertirla en un lugar de atracción y recreo para las familias. Las barcas en el lago subterráneo de la Mina Terezia daba cierto halo a Viaje al Centro del Tierra de Julio Verne. Por lo tanto, si quieres ver algo distinto, que rompe con el tradicional plan familiar de los fines de semana, quedarás gratamente sorprendido por la Salina Turda.

Atracciones adicionales en la Salina Turda

Además de las minas Rudolf y Terezia, la salina ofrece otros espacios y experiencias:

  • Galería Franz Josef: construida en 1853, conecta la entrada con las minas principales. Es un túnel de casi 1 km que permite un recorrido cómodo y accesible.
  • Mina Iosif: conocida como la “Sala de los Ecos” por su acústica única, aunque no siempre está abierta al público.
  • Exposiciones históricas: paneles y vitrinas que explican la geología de la sal, las herramientas antiguas de minería y la evolución de la extracción.
  • Centro de haloterapia: salas donde la alta concentración de sal en el aire se utiliza con fines terapéuticos para problemas respiratorios, algo que también nos llamó la atención.

Alba Iulia: la ciudad donde nació la Rumanía moderna

Alba Iulia es una de las ciudades más antiguas y cargadas de simbolismo de Rumanía, conocida como la “capital espiritual” del país. Su historia se remonta a la época de los dacios, cuando aquí existía un importante asentamiento llamado Apoulon. Tras la conquista romana en el siglo II, se convirtió en la ciudad fortificada de Apulum, una de las más prósperas de la provincia de Dacia, conocida por su comercio y producción de sal.

La ciudad fortificada de Alba Iulia

Durante la Edad Media, bajo control húngaro, la ciudad se consolidó como centro político y religioso de Transilvania. En el siglo XVI, se convirtió en capital del Principado de Transilvania, atrayendo a nobles, clérigos y comerciantes. Fue un punto neurálgico de la Reforma Protestante y más tarde de la Contrarreforma católica.

El momento más importante de su historia reciente llegó el 1 de diciembre de 1918, cuando aquí se proclamó la Unión de Transilvania con Rumanía en la Gran Asamblea Nacional, marcando el nacimiento de la Rumanía moderna. Desde entonces, Alba Iulia es un símbolo de unidad nacional y cada 1 de diciembre acoge celebraciones multitudinarias.

Ciudadela de Alba Carolina

La Ciudadela de Alba Carolina es una fortificación estelar de siete baluartes, considerada la mayor de Rumanía y una de las mejores conservadas de Europa. Fue construida entre 1715 y 1738 por los Habsburgo, sobre las ruinas de las antiguas fortificaciones medievales y romanas, como parte de su estrategia defensiva contra el Imperio Otomano.

  • Diseño y arquitectura: obra del arquitecto militar italiano Giovanni Morando Visconti, sigue el estilo Vauban, caracterizado por baluartes en forma de estrella y complejos sistemas de murallas, fosos y bastiones.
  • Puertas monumentales: la ciudadela cuenta con seis puertas, cada una con esculturas y relieves que narran escenas mitológicas, militares y alegóricas. La Tercera Puerta, que atravesamos, es una de las más impresionantes, adornada con bajorrelieves de Hércules, emblemas imperiales y escenas de batallas.
  • Murallas y bastiones: sus murallas tienen hasta 3 metros de grosor y 12 metros de altura, conectadas por túneles y pasajes que en su día permitían un rápido movimiento de tropas.
  • Vida actual: hoy en día la ciudadela está completamente restaurada y alberga museos, iglesias, restaurantes y espacios para eventos culturales. Sus amplias avenidas empedradas y plazas interiores invitan a pasear y descubrir su historia a cada paso.

La Ciudadela de Alba Carolina no es solo un vestigio militar, sino también un espacio vivo donde se entrelazan los periodos romano, medieval y moderno. Caminar por sus murallas es literalmente recorrer más de 2000 años de historia en pocos metros.

Las murallas con las dos torres más altas de la ciudad (las dos catedrales)

Recorrido por la Ciudadela de Alba Carolina

Explorar la Ciudadela de Alba Carolina es como sumergirse en una máquina del tiempo que te lleva desde la Roma imperial hasta la Rumanía contemporánea. El recorrido combina historia, arquitectura y tradición viva, y cada paso revela un capítulo distinto del pasado.

La amplia plaza dentro de la Ciudadela

Algunos de sus hitos son los siguientes.

Cambio de guardia

Uno de los momentos más pintorescos que se puede presenciar en la ciudadela es el cambio de guardia, un espectáculo inspirado en las tradiciones militares del siglo XVIII. Los soldados, vestidos con uniformes históricos de la época habsbúrgica, marchan al ritmo de tambores y música solemne, portando fusiles de avancarga y banderas imperiales.

La Tercera Puerta de la ciudadela

De las seis puertas monumentales, la Tercera Puerta es la más majestuosa y simbólica. Se construyó en 1716 y está adornada con esculturas alegóricas, relieves de batallas y emblemas imperiales de los Habsburgo. Entre sus figuras más llamativas destacan representaciones de Hércules, símbolos de la fuerza y el poder, y decoraciones con el águila bicéfala imperial. Atravesarla es como retroceder tres siglos, dejando atrás el mundo moderno para entrar en un escenario de piedra y pólvora.

Entrada por la tercera puerta de la ciudadela
Más de cerca

Strada Mihai Viteazul

La Strada Mihai Viteazul es la arteria principal dentro de la ciudadela. Su pavimento adoquinado, sus fachadas restauradas y sus farolas de hierro forjado invitan a pasear sin prisa y más si llevas carritos con bebés. Lleva el nombre de Mihai Viteazul (Miguel el Valiente), una de las figuras más admiradas de la historia rumana, quien el 1 de noviembre de 1599 logró, por primera vez, la unificación simbólica de Valaquia, Moldavia y Transilvania bajo su mando, aunque de manera efímera. Su gesta lo convirtió en un héroe nacional y en un símbolo de la unidad rumana.

Son frecuentes las estatuas a lo largo de la strada Mihai Viteazul

Monumento de la revuelta de 1937

En el interior de la ciudadela se encuentra el Monumento de la Revuelta Campesina de 1937, que recuerda las protestas contra las duras condiciones de vida y trabajo de los campesinos transilvanos. Este levantamiento fue duramente reprimido, y el monumento sirve como homenaje a quienes se atrevieron a alzar la voz por la justicia social en tiempos difíciles.

Monumento a la revuelta

Iglesia de San Miguel el Valiente

Dedicada al héroe nacional, la Iglesia de San Miguel el Valiente no es un templo histórico de siglos pasados, sino un espacio conmemorativo y de culto más reciente que rinde homenaje a su figura. Representa el vínculo entre la memoria de la gesta de 1600 y la identidad nacional rumana.

Salón de la Unión

El Salón de la Unión es el epicentro histórico de la ciudadela, donde el 1 de diciembre de 1918 se firmó la Gran Unión, integrando Transilvania a Rumanía y sellando el nacimiento del país moderno. Hoy funciona como museo, con documentos originales, fotografías y objetos de la época que permiten revivir aquel momento clave.

Sala de la Unión

Estatua ecuestre de Miguel el Valiente

Frente al Salón de la Unión se erige la estatua ecuestre de Mihai Viteazul, una imponente escultura de bronce que muestra al príncipe montando a caballo, con la espada en alto. Es uno de los símbolos visuales más potentes de la ciudad, recordando que Alba Iulia es también un lugar de memoria nacional.

Antiguo Palacio del Príncipe

Este edificio histórico, de arquitectura renacentista, fue la residencia oficial de los gobernadores de Transilvania durante el periodo de dominación habsbúrgica. Antes de ello, en la Edad Media, había sido una fortaleza y centro administrativo del principado.

Catedral de San Miguel (Catedrala Sfântul Mihail) – Alba Iulia

La Catedral de San Miguel es uno de los templos católicos más antiguos y significativos de Rumanía. Su historia comienza en el siglo XI, cuando los húngaros, que controlaban la región, fundaron en Alba Iulia una sede episcopal católica. La actual estructura se empezó a construir en estilo románico en el siglo XIII, pero con el paso de los siglos ha ido incorporando elementos góticos y barrocos, fruto de diversas ampliaciones y restauraciones.

  • Arquitectura: presenta una planta basilical con tres naves y un alto campanario que domina el perfil de la ciudadela. Las bóvedas ojivales y los arcos apuntados muestran la transición del románico al gótico.
  • Interior: conserva frescos y decoraciones barrocas posteriores, así como valiosas esculturas y altares tallados en piedra. Uno de sus elementos más impresionantes es el portal gótico occidental, ricamente decorado.
  • Tumbas reales: aquí descansan figuras históricas como Juan Hunyadi, el regente de Hungría, y la reina Isabella Jagiełło de Hungría, madre de Juan II Segismundo Zápolya, último rey de Hungría oriental.
  • Significado histórico: durante la Edad Media fue un centro religioso y político clave, ya que Alba Iulia era capital del Principado de Transilvania.
El interior de la catedral
El altar de la catedral más de cerca

Catedral de la Coronación (Catedrala Încoronării) – Alba Iulia

A pocos pasos de la Catedral de San Miguel, se levanta la Catedral Ortodoxa de la Coronación, construida entre 1921 y 1922 para conmemorar un evento histórico de primer nivel: la coronación del rey Fernando I y la reina María de Rumanía, tras la unificación del país en 1918.

Se aprecia en esta imagen las dos catedrales juntas
  • Arquitectura: inspirada en el estilo brâncovenesc (renacimiento rumano), combina elementos bizantinos con detalles típicos de la arquitectura de Valaquia. Su torre campanario central, visible desde gran parte de la ciudadela, está flanqueada por pórticos y arcadas decoradas.
  • Interior: las paredes están cubiertas de iconos y frescos que narran episodios bíblicos y momentos importantes de la historia rumana. El iconostasio tallado y dorado es una obra maestra del arte ortodoxo.
  • Simbolismo: este templo no solo es un lugar de culto, sino un símbolo tangible de la Rumanía unificada. Durante la coronación de 1922, la catedral se convirtió en el centro de las celebraciones nacionales.
  • Entorno: su plaza central y jardines están perfectamente alineados con la arquitectura militar de la Ciudadela de Alba Carolina, creando un contraste visual con la vecina Catedral de San Miguel, lo que representa la convivencia histórica entre las confesiones católica y ortodoxa en Transilvania. El magnífico jardín es un lugar maravilloso para pasear y recrearse, respirándose auténtica tranquilidad, y también lugar ideal para que puedan corretear los niños.
La Catedral de la Coronación
El iconostasio

Comida en UNIO Vini: una pausa a la jornada con sabor sofisticado

Tras una mañana intensa entre la sal y la historia, buscamos un lugar donde poder relajarnos y disfrutar de una comida que estuviera a la altura de la mañana vivida. UNIO Vini fue la elección perfecta.

Nos acomodamos en una mesa espaciosa, ideal para ir con niños, ya que el espacio entre mesas permitía moverse con comodidad. El servicio fue impecable: atentos sin ser invasivos, siempre dispuestos a explicar cada plato y recomendar el maridaje ideal.

Un espacio curioso y acogedor entre las murallas de la ciudad

Comenzamos con entrantes frescos y bien presentados, como una pata de pulpo sobre una base realizada arroz patata y un salmón que resaltaba por la calidad de la materia prima. De plato principal, las carnes fueron un espectáculo: jugosas, cocinadas al punto exacto y acompañadas de guarniciones equilibradas, como verduras salteadas y puré de patatas cremoso.

Los niños también disfrutaron, ya que el menú contaba con opciones más sencillas y el personal fue muy amable con ellos.

La única pega fue el tiempo de espera entre plato y plato. Aquí tienen campo de mejora.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo se necesita para visitar la Salina Turda?
Entre 2 y 3 horas, dependiendo de si se disfruta de las atracciones.

¿Se puede visitar Alba Iulia en un día?
Sí, aunque para explorar a fondo la ciudadela y sus museos, lo ideal es dedicarle unas 5-6 horas.

¿Es accesible para niños pequeños?
Tanto la Salina Turda como la Ciudadela son aptas para familias, aunque en la mina se deben usar mochilas portabebés en algunas zonas con escaleras.


Consejos prácticos 💡

  • En la Salina Turda, llega temprano para evitar colas en los ascensores.
  • Lleva ropa ligera de abrigo para la mina (10-12 °C constantes).
  • En Alba Iulia, aprovecha la mañana para ver el cambio de guardia (aunque entra un poco en contradicción con llegar por la mañana a Salina Turda – hay que elegir).
  • Usa calzado cómodo: la ciudadela es amplia y adoquinada.
  • Reserva en UNIO Vini con antelación si quieres una mesa tranquila.

A continuación Sighișoara: la joya medieval de Transilvania (día 5).