Antes de acabar la ruta por Rumanía, y como broche a una semana brillante en Bucarest y Transilvania, visitamos el Castillo de Peles, en Sinaia. Si bien por fuera no sea tan espectacular como el de Bran, los interiores del palacio son una auténtica obra de arte, y gran parte de estos, se han dejado casi como su versión original del SXIX. Este lugar no solo enamoró a Carol I, sino a dirigentes posteriores como Ceaușescu, que ha permitido una conservación exquisita del mismo, como un tesoro de orgullo nacional. No es un lugar que puede dejarse como opcional en la visita a Transilvania. Es una parada obligatoria. El “estrella michelín” de los castillos rumanos.

Si bien desde el parking, se te hace un poco cuesta arriba con niños, y más si se te pone a llover, haciendo el suelo un poco resbaladizo, no debería ser un problema para visitarlo. De hecho, el castillo está diseñado más en forma de palacio por lo que las salas son amplias y hay ascensores entre plantas.
El Castillo de Peleș se encuentra a las puertas de Transilvania, en la región de Valaquia (la misma que Bucarest), en plena cordillera de los Cárpatos meridionales. Está situado en el pequeño valle del río Peleș, a las afueras de la ciudad de Sinaia, dentro del condado de Prahova. La zona está rodeada de bosques alpinos y montañas, lo que le da un aire de cuento de hadas, sin hacerlo inexpugnable, por lo que puedes visitar fácilmente el castillo en unas dos horas aproximadamente.
El Castillo de Peleș: historia, arte y legado
El Castillo de Peleș está considerado como uno de los castillos más bellos y sofisticados de Europa. Su construcción comenzó en 1873, durante el reinado de Carlos (o Carol en rumano) I de Rumanía, y se inauguró oficialmente en 1883, aunque las ampliaciones y mejoras continuaron hasta 1914.
Carlos I, de origen alemán y perteneciente a la dinastía Hohenzollern-Sigmaringen, buscaba una residencia de verano que simbolizara la modernidad del joven reino rumano tras su independencia del Imperio Otomano en 1877. La elección de Sinaia no fue casual: el entorno montañoso ofrecía un paisaje espectacular, pero también tenía un valor estratégico, al estar situado en la ruta que conectaba Valaquia y Transilvania, a medio camino entre Bucarest y Brașov.

Desde sus orígenes, Peleș no fue solo residencia real, sino también un centro cultural y político de gran importancia. Allí se celebraron recepciones oficiales, conciertos y encuentros diplomáticos. De hecho, fue considerado “el origen de la dinastía nacional” y un punto neurálgico de decisiones políticas clave.
Innovación y modernidad
El Castillo de Peleș fue pionero en avances tecnológicos. Fue el primer castillo de Europa en disponer de electricidad gracias a su propia planta hidroeléctrica, además de calefacción central, agua corriente, teléfono, ascensores eléctricos (instalados tras 1900) y hasta un sistema de aspiración centralizada de polvo. Estas innovaciones lo convirtieron en una de las residencias más modernas de su época.
Arquitectura y estilos
El diseño original fue obra de los arquitectos alemanes Wilhelm Doderer y Johannes Schultz, y posteriormente continuado y modernizado por el checo Karel Liman. El exterior y gran parte de los interiores reflejan un marcado estilo neorrenacentista alemán, aunque se integran también elementos del neorrenacimiento italiano, el barroco, el rococó, el estilo Luis XIV y XV, el imperio francés, el oriental y el modernismo de finales del siglo XIX (Arte 1900).

La decoración interior es especialmente célebre por la riqueza y variedad de estilos, en una síntesis que refleja la diversidad cultural europea de la época. Destacan la abundancia escultórica en madera tallada a mano y un mobiliario excepcional que hoy forma parte del patrimonio artístico nacional.
Espacios emblemáticos
El castillo alberga más de 160 estancias, cada una con su propia identidad. Entre las más notables se encuentran el Salón de Honor, la Biblioteca Real, la Sala de Armas, la Sala de Música o la Sala Florentina, entre otras que a continuación detallaré.
Legado y visita actual
Desde 2007, el Castillo de Peleș pertenece oficialmente a la Casa Real Rumana, aunque está alquilado al Estado y abierto al público como museo. Hoy es uno de los monumentos más visitados del país y una joya del turismo cultural en Europa.
Su historia, su valor arquitectónico y artístico, así como su condición de símbolo de la Rumanía moderna, lo convierten en un lugar único: un palacio de cuento de hadas en los Cárpatos que combina la elegancia europea con la visión de un rey que quiso situar a su país en la modernidad.
El exterior del Castillo de Peleș
El exterior del castillo es uno de los ejemplos más espectaculares de la arquitectura neorrenacentista germana en Europa.

- El edificio destaca por sus torres esbeltas y tejados puntiagudos cubiertos de pizarra oscura.
- La torre central alcanza unos 66 metros de altura, visible desde gran distancia.
- Las fachadas alternan piedra clara con entramados de madera tallada de estilo bávaro, adornadas con frescos y escudos heráldicos.
- Grandes ventanales y balcones decorativos ofrecen vistas al valle.
- El castillo está rodeado de jardines en terrazas, con fuentes, estatuas y escalinatas monumentales que recuerdan a los palacios centroeuropeos.

Todo el conjunto transmite una mezcla entre fortaleza medieval y palacio alpino refinado, pensado tanto como residencia real de verano como símbolo de la monarquía rumana moderna.
A continuación, seguimos la siguiente ruta del castillo que comprendía las siguientes estancias:
El Salón de Honor
El Salón de Honor representa la sala principal para las ceremonias. La sala fue reformada entre los años 1908 y 1911, según los planos de Karel Liman y expone modelos alemanes conocidos: la sala Fredenhagen – hoy la Cámara del Comercio en Lübeck y el Ayuntamiento de Bremen (la escalera en caracol).

La decoración en madera de nogal tallada, las piezas en alabastro y las marqueterías, recuerdan a castillos de Alemania y de Suiza, dominios de la familia de Hohenzollern, y creadas en los talleres de Bernhard Ludwig de Viena.


La sala está adornada de una colección de 7 tapices, realizados durante el siglo XVII, en los talleres de Aubusson de Francia, así como sillones con un tapiz Beauvais y cuero de Cordoba, cajones de madera tallada, copias de piezas italianas y alemanas del siglo XVII. El cielo estrellado en vidrio, ejecutado en los talleres de F. X. Zettler, Munich, se abre eléctricamente.
Las Salas de Armas
Construidas en el estilo del Neo-Renacimiento alemán, entre los años 1903–1906, las salas exponen una colección de armas europeas (siglos XV–XIX), y en la primera sala, armas alemanas y la segunda, armas orientales de desfile (más de 4000 piezas). Están expuestas armaduras en acero, piezas de siglo XVI y una armadura única en Rumanía, pieza completa para torneos, de tipo alemán, Maximiliana.


En el estante de la chimenea ornamental (el castillo tenía calefacción central desde 1883) está una espada de verdugo del siglo XVI. En la vitrina de la sala de piezas orientales está una de las armas más valiosas de esta colección: una espada turca de desfile (siglo XVIII), con la funda cubierta en piel de tiburón, pintada y dorada, y también la espada del príncipe de Transilvania Gabriel Bathory, un regalo en 1932, hecho por Miguel de las comunidades de Alba Iulia. También está expuesta una escopeta de Damasco con incrustaciones de nácar, obra de los talleres de Londres (siglo XVIII).

El Despacho del Rey Carlos I
El despacho del rey fue construido en 1883, en el estilo del Neo-Renacimiento alemán; el adorno en madera de nogal es una obra de los talleres Heymann, Hamburgo. La sala es de las pocas habitaciones inalteradas desde su inauguración, que expone muebles originales: el escritorio del rey o el pupitre delante del cual recibía las audiencias oficiales, entre otros.

La chimenea, en porcelana sin esmaltar, expone en la parte superior el escudo de armas del Antiguo Reino, teniendo abajo el emblema del rey Carlos I, NIHIL SINE DEO – NADA SIN DIOS.
La Biblioteca
La biblioteca fue realizada en estilo del Neo-Renacimiento alemán en 1883, adornada de muebles en madera de roble. Los libros pertenecen a la colección real y son de varios dominios: historia, historia del arte, arquitectura y geografía, en diferentes idiomas: alemán, inglés, francés y también rumano. La biblioteca comprende de más de 30.000 libros.

Nueva Sala de Audiencias
La última sala construida en el castillo, 1914, el mismo año de la muerte del rey Carol I, expone una decoración influenciada por la sala de Juntas del Ayuntamiento de Lucerna (siglo XVII). Las esculturas de los paneles están hechas en 14 tipos de madera, obra de los talleres de B. Ludwig, de Viena. Valiosas obras de vitrales suizos, firmados y fechados, de siglos XVI – XVII. En esta sala, en el 3 de agosto de 1914, se firmó el acta de neutralidad de Rumania durante los primeros dos años de la Primera Guerra Mundial.

Sala Antigua de Música
La sala ha sido transformada en 1905, por deseo de la reina, en salón de veladas literarias. Se distinguen las vidrieras policromadas, obra de los talleres alemanes de F.X. Zettler, influenciadas por los poemas del poeta rumano Vasile Alecsandri.

Las pinturas representan alegorías inspiradas de antiguas leyendas alemanas, obras de la pintora Dora Hitz basadas en modelos de cuentos escritos por la reina Isabel. El piano C. Bechstein, el violín y las partituras recuerdan las veladas musicales, organizadas por la soberana rumana. Este es el salón en donde se organizó, en el 3 de agosto 1914, el Consejo de Corona, que decidió la neutralidad de Rumania durante los primeros dos años de la Primera Guerra Mundial.

Sala Florentina
La sala abre la serie de las 3 salas de recepción del castillo. Fue adornada entre 1906-1910 al estilo del Neo-Renacimiento italiano. El techo, está hecho en madera de tilo dorado. Las lámparas y el espejo son creaciones de los talleres venecianos de Murano. Las puertas en bronce son la obra del arquitecto italiano Luigi Magni, de Roma, los bordes y la chimenea monumental son adornos en mármol italiano de Paunazzo. Entre las piezas de un valor especial, destaca la mesa del estilo Barroco italiano (siglo XVII) con encimera de marquetería en mármol. Los dos bargueños en madera de ébano con piedras semipreciosas y mármol son réplicas de piezas italianas del siglo XVIII. Las pinturas en exhibición son copias de A. van Dyck y P.P. Rubens.


La Sala de los Espejos
Los espejos en cristal de Venecia ofrecen amplitud a la sala. El conjunto de muebles italianos, armario de esquina (siglo XVIII), armario veneciano con puertas pintadas (siglo XVII) y la mesa octogonal (siglo XVI) tienen un gran valor.

Galería de Mármol (Planta de arriba)
Fue diseñada por el arquitecto Karel Liman entre 1903-1906 y sirvió como vestíbulo de la Gran Sala de Conciertos. Decorada en estilo neorrenacentista italiano (veneciano), por la firma italiana de contratistas Pietro Axerio, la sala exhibe un valioso tapiz flamenco que data del siglo XVII y que representa una escena alegórica titulada ‘La justicia del emperador Trajano’.

El banco y los dos jarrones de mármol fueron trabajados a finales del siglo XIX. En la entrada principal están flanqueadas por dos faroles venecianos, obras en estilo barroco (siglo XVII), hechas de tilo dorado. La decoración se completa con vidrieras que datan de los siglos XV-XVI y que representan los escudos de las familias de Hohenzollern y de Wied.
La Gran Sala de Conciertos
Fue construida según los planos del arquitecto Karel Liman y decorada por Anton Pössenbacher en estilo neorrenacentista inglés. La sala acogía las veladas musicales de la reina Isabel. Músicos talentosos, como George Enescu, Dimitrie Dinicu, Eugen Ysaye, se encontraban entre los distinguidos invitados de la Reina.

Inspirada en la decoración del Salón de Honor del Castillo de Hatfield (Gran Bretaña), el conjunto se compone de paneles de nogal, artesonado de estuco dorado y papel pintado de piel flamenca. Sobre la chimenea, se encuentra el lienzo del pintor Jean-Jules-Antoine Lecompte du Noüy, realizado en 1897, titulado ‘La reina Isabel escuchando las voces del bosque’.
El órgano, de acompañamiento eléctrico, fue fabricado por la empresa Rieger (Bohemia) en 1903 y tiene una característica especial: las dos salas están dispuestas en dos salas contiguas, creando así la posibilidad de interpretación desde ambos espacios. Apasionada por la música clásica, a menudo, la reina Isabel cantaba las obras de sus compositores favoritos.
La pequeña sala de música
Esta sala estaba destinada a las audiciones musicales de la reina Isabel. En este espacio se encuentra la segunda consola del órgano Rieger. Las vitrinas que datan del período de entreguerras albergan actualmente preciosas piezas del arte del Lejano Oriente: jarrones de jardín realizados en cerámica china, piezas de “Celadón” del siglo XVIII, loza japonesa de Imari y Arita y vajillas y vasos persas de los siglos XVII-XIX.

El dormitorio real
El dormitorio real ha sufrido cambios a lo largo del tiempo, su forma actual siendo el resultado del acondicionamiento de 1905, a petición del rey Carol I.
Los paneles que cubren toda la sala, así como los muebles, son todos trabajados en estilo neorrenacentista flamenco.

La cama de nogal está ricamente tallada, la cabecera presenta, en paneles adyacentes, cinco figuras femeninas alegóricas, con la sobriedad de los altares. Las piezas que forman parte del conjunto de muebles, realizadas en madera de roble, van en consonancia con la sobriedad de la habitación.
El tocador real y cuarto de baño
El tocador del apartamento real está delimitado del baño por una reja de madera. El conjunto está empapelado con material textil y decorado con mobiliario de roble tallado, compuesto por armario, mesa, cómodas-estanterías, sofá, sillas y sillones. Vasijas de bronce y latón, de estilo oriental, enriquecen la decoración. La pintura (los cuadros) está representada por los lienzos del artista alemán Emil Volkers, famoso por sus obras en las que los caballos son el tema principal.


Se mantienen inalterables la bañera de zinc niquelado con borde de madera, el lavabo con grifos separados para agua fría y caliente, así como el servicio de aseo en loza alemana (atelier Villeroy&Boch).
Sala del desayuno
La sala del desayuno: diseñada en 1906 y decorada por Bernhard Ludwig, estaba destinada a servir el desayuno y firmar el correo de la mañana. El estilo neorrenacentista alemán e italiano predomina en la decoración parietal, realizada en madera de nogal, que reviste el techo, los marcos de las puertas y, en parte, las paredes. En las dos logias hay un escritorio neorrenacentista de estilo italiano, un servicio de correo de bronce dorado decorado con turquesas. El mobiliario se completa con un aparador de nogal con incrustaciones del siglo XVII y un aparador italiano de nogal tallado del siglo XIX.

El Apartamento de Invitados
Fue diseñado para acomodar a huéspedes importantes de la Familia Real. El apartamento se compone de dos habitaciones que, a lo largo del tiempo, han sufrido numerosas modificaciones. En 1893, nació aquí el Príncipe Carol, el primero de los seis hijos de la pareja principesca Ferdinand – Maria. Además, la madre del rey Carol I, la princesa Josefina de Baden, la madre de la reina María, la duquesa María de Saxa-Coburg-Gotha y muchos otros invitados de la Casa Real de Rumanía se hospedaron aquí.


La decoración, que lleva la impronta del estilo rococó, se inspiró en los interiores de los castillos de Fontainebleau en Francia y de Würzburg en Alemania. El arte decorativo está representado por delicadas piezas de porcelana de Meissen, Rosenthal, Ilmenau, cristal de Bohemia, platos decorativos de plata y apliques elaborados en talleres alemanes. Las pinturas que representan escenas mitológicas y religiosas son reproducciones de famosos lienzos Tiepolo, Corregio, Rafael y Sebastiano Ricci.
El Salón Pequeño
Está decorado con muebles rococó vieneses, tapizados con tapices originales de Aubusson (Francia), decorados con escenas exóticas, específico del estilo rococó. La mesa con motivos florales en tonos marrones y amarillo, ricamente adornada con varillas y bordes de bronce dorado, en «neo-Louis XV», data de mediados del siglo XIX. Candelabro de cristal de Bohemia, junto con porcelanas rococó francesas y alemanas completan el ambiente interior.

El Apartamento Imperial – La Gran Sala
Destinado a los invitados de alto rango, el Apartamento Imperial fue construido y decorado entre 1905-1906. El complejo incluye una sala de estar, sala de recibir, sala de estudio, dormitorio, tocador, baño, armario y la habitación del ballet. Las habitaciones, delimitadas por topes y cortinas están decoradas al estilo barroco austríaco, también conocido como el “estilo de María Teresa”, por Bernhard Ludwig de Viena.

La Habitación Amarilla / Apartamento del Primer Ministro
Conocida durante el reinado del rey Carlos I como la “sala amarilla”, esta sala está decorada en estilo neo Ludovico XIV. El espacio alto se divide en una alcoba, un baño y el salón, a través de dos arcos y dos mamparas. La decoración parietal en estuco dorado, así como el mobiliario con adornos dorados y tapizados de seda amarilla, confiere a este interior un encanto especial.
En este interior fue depositado el cuerpo sin vida del primer ministro de Rumanía, I.G. Duca, asesinado la tarde del 29 de diciembre, en la estación de tren de Sinaia. Desde entonces, la habitación también se llama “el apartamento del primer ministro”.

El Salón Moro / Sala Moresca
La decoración de la sala está influenciada por el Alhambra (Granada, España). La decoración en estuco dorado y policromo fue hecha por los artistas austríacos Kott y Wendt. Diez. Armas orientales (siglos XVI-XVIII) están dispuestas al fondo. El conjunto de muebles, una obra de los talleres Stöger (siglo XIX), está adornado con marfil y nácar y presenta inscripciones en árabe.

Punto Final
Desde Peles volvimos a Bucarest, donde pusimos punto final a un viaje fantásticos, lleno de sorpresas, cultura, gastronomía y aprendizaje. Volveremos sin duda a este maravilloso país y a esta encantadora región.