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Hine Hukatere o glaciar Franz Josef, visita en helicóptero

Dice una leyenda maorí que el glaciar fue creado a partir de las lágrimas de la princesa maorí Hine Hukatere – un cuento trágico de amor y de pena. La princesa conoció a un hombre que se llamaba Wawe y que pertenecía a la tribu que residía en la playa. Wawe convenció a la princesa de ir pasar la mayor parte del tiempo en la playa puesto que Wawe no podía sobrevivir en la montaña. Debido a la nostalgia de no poder establecerse en las montañas que la vieron crecer, finalmente la princesa convence a un escéptico Wawe de visitar su lugar natal y escalar con ella con tal mala suerte de que una avalancha acaba con su vida, debido a su menor pericia en la escalada. Su muerte dejó a la princesa Hine con el corazón roto en la cumbre de la montaña. De sus lágrimas nació un río, y los dioses maoríes como símbolo de su dolor congelaron el río convirtiéndolo en el glaciar que lleva el nombre de la princesa – Kā Roimata ō Hine Hukatere, aunque es más conocido por su nombre occidental, Franz Josef, bautizado así en 1863 en honor al emperador austrohúngaro del mismo nombre.

Las lágrimas de Hine Hukatere

Personalmente, el glaciar es un fenómeno de la naturaleza que me encanta

Un glaciar es una gran masa de hielo y nieve que surge por la acumulación, compresión y conversión de la nieve a una forma de apariencia de cristal azulado (se produce un efecto de cristalización de la nieve). Aparecen en lugares donde no hay prácticamente deshielo por lo que el fenómeno se da en zonas lo suficientemente frías para sobrevivir. Desafortunadamente, el aumento de temperaturas a nivel global está haciendo retroceder estas maravillas de la naturaleza.

La gran parte del agua dulce del mundo se encuentran en los glaciares que una vez cubrieron el 30% de la Tierra y no hace mucho (las edades de hielo a las que sobrevivieron nuestros antecesores hace varios miles de años). Actualmente, la casi totalidad de los glaciares se encuentran en la Antártida y, en menor medida, en Groenlandia. Fuera de aquí, hay unos pocos lugares en el mundo que contienen glaciares, más visitables, y por tanto, una oportunidad de poderlos conocer de cerca. En mi caso, tuve la suerte de conocer el Vatnajökull (inmenso glaciar que ocupa gran parte del centro de Islandia), el Jostedalsbreen (el glaciar más extenso de la Europa continental sito en Noruega) y el Campo Patagónico (el glaciar más extenso fuera de los polos y que cubre una parte importante de los Andes australes – y más conocido por una de sus lenguas, el Perito Moreno).

Nueva Zelanda es el único lugar en el hemisferio sur con glaciares significativos, salvo el comentado Campo Patagónico y la propia Antártida. Existen más de 360 glaciares en los llamados Alpes del Sur de la isla sur de Nueva Zelanda. No existen ni en la isla norte ni en Australia. El más grande es el glaciar de Tasman (29 km de glaciar en honor al explorador holandés Abel Tasman muy conocido en esta parte del mundo), pero los más famosos son el glaciar Fox (13 km) y el Franz Josef (11 km) ya que descienden y avanzan montaña abajo hasta aproximadamente 300 metros sobre el nivel del mar. Llama la atención la cercanía de un glaciar al mar en un clima templado. Ayuda que se encuentren en la parte umbría de la montaña, y sobre todo, un rápido avance de hielo que puede llegar hasta 7 metros por día.

Volviendo al recorrido, pernoctamos en un hotel en el pueblo del glaciar Fox Glacier que lleva su nombre y reservamos un recorrido en helicóptero con Scenic Helicopter Tours and Hunting and Fishing Trips (heliservices.nz) para visitar el glaciar Franz Ferdinand (Hine Hukatere) por la mañana del día siguiente. El pueblo de Fox Glacier tiene algunos puntos de interés alrededor y podría merecer la pena pasar medio día. Nosotros aprovechamos para ir a un punto donde se podía ver parte de la lengua del glaciar.

El majestuoso Fox Glacier fotografiado con mi teleobjetivo 300mm

Podría destacar también un recorrido por el lago Matheson. Necesitas dos horas pero si tienes suerte podrás ver un reflejo perfecto de la montaña y el paisaje en el lago. Otro punto de interés es el Minnehaha Walk, justo a la entrada del pueblo, donde por la noche se pueden observar las luciérnagas (glow worms), aunque son mucho más impresionantes las de la isla norte.

Lago espejo Matheson
Los famosos glow worms en Minnehaha Walk

Fuera de esto, lo que se viene a ver en esta zona son los glaciares. Hay multitud de agencias de helicópteros que pueden sobrevolar y llevarte a los glaciares por un buen precio. Todas las excursiones que ofrecen sobrevolar en helicóptero a lo largo y ancho del mundo son especialmente costosas. Aquí en Nueva Zelanda no tanto. Por 130 EUR persona en agosto de 2022 puedes hacerlo – 260 EUR pareja, que creedme, es un precio genial. Las opciones son muchas y mientras que el básico te permite volar y aterrizar solamente en el Franz Josef, la opción más ambiciosa te lleva a este primero, al Fox Glacier y Mt. Cook (la montaña más alta del país). Incluso hay otra opción más costosa que te permite hacer una ruta por uno de los dos glaciares (parecido al “Big Ice” que ofrecen en el Perito Moreno).

Tuvimos mucha suerte. Salió un día espectacular.

Agosto es una época ciertamente inestable de lluvia y nieve en Nueva Zelanda. Cuando estuve mirando el tiempo que hacía en esta zona algunos meses antes la probabilidad de que justamente en nuestro recorrido nos hiciera el mejor tiempo posible era escasa. De hecho, la semana anterior y posterior a nuestra excursión los pronósticos eran de lluvia y nieve.

Tuvimos suerte porque hizo un día espectacular y ¡pudimos tocar nieve reciente en pleno agosto! Si vas en verano no esperes que el helicóptero aterrice en nieve virgen.

LA EXCURSIÓN

Está muy bien organizada. La seguridad de los excursionistas es lo más importante. A las 11:00 quedamos en Franz Josef pueblo, en la oficina de la empresa que ofrecía el viaje en helicóptero. De allí partimos 6 personas en total al helipuerto a 5 minutos a pie donde aterrizó el helicóptero poco después. 

Punto de extracción.

Era la primera vez que montaba en helicóptero. Una experiencia inigualable.

No sé exactamente cómo describir esa primera vez que vuelas en helicóptero. Es una sensación de flotar en el aire y tener una perspectiva aérea mucho más cercana que cuando vas en avión, y por tanto, mucho más nítida. Apenas puedes hablar con tu compañero por el ruido que desprende el movimiento acelerado de las hélices. Por ello, te hacen ponerte unos cascos, donde a través de este canal de comunicación, el piloto te va actualizando sobre el recorrido. A pesar de que el helicóptero es un medio aéreo más lento que otros, la velocidad que alcanza es bastante alta comparado con cualquier medio terrestre.

Despegamos y en menos de 5 minutos estábamos sobrevolando la increíble lengua del glaciar. La imagen aérea es auténticamente emocionante y hasta que no lo haces por ti mismo no comprendes la grandiosidad de lo que estás viviendo en ese momento.

Sobrevolando el glaciar Franz Josef

El glaciar Franz Josef ofrece un gran espectáculo de formaciones irregulares y el característico azul intenso del glaciar. Su irregularidad se caracteriza por espectaculares pináculos de hielo, o seracs – que son bloques grandes de hielo fragmentado por grietas, cuya rotura se debe al movimiento del hielo por zonas donde la pendiente es empinada. 

Lo puedes ver en todo su esplendor como se observa en los vídeos y fotos de este post.

Glaciar Franz Josef desde lejos
La irregularidad del glaciar

Después de un par de minutos, el helicóptero se posó y pudimos dar una pequeña vuelta dentro de la zona de seguridad. No podías acercarte mucho al helicóptero por el peligro que representan las hélices pero tampoco puedes alejarte mucho por la peligrosidad de las grietas que puedes encontrarte en el glaciar. De todas formas, pudimos disfrutar de un paisaje nevado en pleno verano boreal y tomarnos unas pocas fotos y vídeos para inmortalizar el momento.

Aterrizaje en el glaciar
Sobre el glaciar Franz Josef
Sobre el glaciar Franz Josef II
Sobre el Franz Josef
Las grietas de cerca – es peligroso caminar sin conocimiento del terreno


A la vuelta pude ser copiloto y tener un campo de visión sin obstáculos. La excursión total dura entre 20-25 minutos pero la sensación es tan intensa que crees que ha pasado mucho más tiempo.

De vuelta en la parte delantera del helicóptero

Disfrutar de un glaciar no se hace todos los días y la cercanía y accesibilidad que te ofrecen estos glaciares neozelandeseses hace que sea una parada obligatoria en tu recorrido de la isla sur de Nueva Zelanda.