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Lago Inle, la joya de Myanmar (Birmania)

En nuestro recorrido por Myanmar (conocido anteriormente por su nombre colonial, Birmania) uno de los puntos que no podía faltar es la visita a la zona del Lago Inle, situado en la parte central del país. Aterrizamos en el pueblo de Heho desde Bagan, y allí, nos recogieron y nos dirigimos a nuestro hotel (previo pago de una tasa por la entrada a la “zona Inle”) – Inle Lake View Resort – localizado en la parte norte del lago.

Inle Lake View Resort

La primera impresión que tuvimos es de estar en un lugar de una tranquilidad infinita. La gama de colores azules, verdosos y marrones que reflejaban el cielo, el lago, la densa vegetación tropical y la montaña que nos rodeaba, era amplísima. Perfectamente podías sentir que estabas en un lugar donde nada había cambiado los últimos cientos de años (salvo alguna infraestructura hotelera y los motores de las barcas que te ayudaban a recorrer el lago).

Un pescador en el Lago Inle siguiendo artes tradicionales

Myanmar es una auténtica vuelta al pasado. Es una experiencia genuina que te hace verte en la época de tus abuelos. Se trata del mundo rural en mayúsculas, donde prima la agricultura y la pesca; también los trabajos manuales, donde puedes ver herreros, orfebres, sastres; y el comercio del sector primario, donde podrás ver comerciantes improvisando una tienda flotante en su propia canoa. En mi opinión, este país es uno de los lugares en el mundo menos afectados por la globalización, y Lago Inle es el mejor ejemplo de ellos, dentro del recorrido más turístico de Myanmar.

El lago en sí es bastante largo, aunque también estrecho (llega a unos 100 km de largo por unos pocos de ancho, en particular por la zona sur). Su profundidad varía entre 2-4 metros por lo que no tiene puntos muy profundos. Si a esto le sumamos que está protegido por un sistema montañoso, hace que el lugar sea ideal para vivir – tienen agua, comida y protección contra las inclemencias meteorológicas.

De hecho, lo que le hace especial y mundialmente conocida al Lago Inle, es el entramado de construcciones sobre el agua en forma de palafitos y huertos flotantes en la parte sur del lago.

Existe un poblado construido directamente sobre el agua.

Un pueblo construido sobre el agua
Recorrido por Inle

En teoría, una de las tribus que no tenía espacio de asentamiento en ninguno de los márgenes del lago, se le ocurrió la genial idea de asentarse sobre el agua, aprovechándose de la tranquilidad del lago y de la poca profundidad.

Una vez en el hotel, y después de unas horas de descanso, nos propusieron un plan de dos días para tener una idea de la zona Inle. Realmente, toda la zona es extensa y, si realmente quieres conocer y mimetizarte en la cultura, hacer los populares trekkings o recorridos en bicicleta, necesitarás obviamente mucho más tiempo. Dos días son suficientes para conocer parte de lo más vistoso. Eso sí la única forma de recorrer el interior del lago es en canoa motorizada siendo guiada por un chófer-gondolero local.

Primera Parada – Recorrido por la zona norte del lago y encuentro con los pescadores

Gran parte de los hoteles construidos en la orilla del lago disponen de su propio embarcadero, por lo que el chófer nos recogió en su canoa en el propio hotel, haciendo la experiencia bastante cómoda. La zona norte del lago me impresionó por los colores azules-grisáceos del lago. En función de la hora del día, el color del lago cambia radicalmente. También es la parte con menor construcción sobre el agua, y por tanto, donde los pescadores estiman que tienen mayor posibilidad de éxito con su pesca del día (hasta 9 tipos de peces habitan el lago).

Lago Inle

Muchas veces se representa Myanmar con una imagen de estos famosos pescadores. De hecho, la Lonely Planet lo lleva a su portada en su edición impresa sobre Birmania.

El pescador mostrando un equilibrio increíble

El encuentro con los pescadores era un poco lo que comentaba a la vuelta al pasado, ya que usan técnicas ancestrales para la pesca. Son increíblemente hábiles y solo disponen de una canoa, un remo y una red en forma cónica para pescar. Mientras se encuentran sobre un pie en el extremo de la canoa, usan el otro pie para mover el remo que está sobre el agua y el cual sujetan con la mano para dirigir la canoa. De esta forma, tienen gran visibilidad sobre el agua y usan la mano libre para lanzar la red cónica al agua, y de esta forma, tener mayor eficacia con la pesca. Se trata de una técnica que ha sido enseñada y aprendida a través de cientos de generaciones, y hoy en día, se sigue haciendo igual. No obstante, pierde un poco de genuinidad el hecho de que los pescadores al ver una canoa turística intenten hacer una demostración de equilibrio y habilidad para sacar un extra de dinero. Se da la paradoja que por hacer más caso al turista unos minutos al día gane más dinero que por vender su pesca del día en un mercado local.

Secuencia 1
Secuencia 2
Secuencia 3
La captura del día

Segunda parada – El pueblo de Ywama

Después del encuentro con los pescadores, nos llevaron al pueblo de Ywama – quizá el lugar más preparado para el turismo dentro de Inle. Comimos en el Golden Moon, un bonito palafito donde puedes degustar comida local (arroces, pescados, pastas condimentadas, etc.) mientras disfrutas de las vistas. Aunque parezca que realmente estás en tierra y ves un canal por donde pasan embarcaciones, realmente te encuentras encima del lago.

Vistas desde el Golden Moon
Comida local probablemente capturada por un pescador local ese mismo día

Al no tener mucha capacidad de descubrir el pueblo flotante por tu cuenta, porque eso implicaría navegar por tu cuenta básicamente, te sugieren un recorrido por lo más característico de la zona. Eso implica visitar pagodas y talleres de distintos tipos de artesanía.

Ywama

Tercera Parada – Talleres Varios

El recorrido por los talleres es un poco sota, caballo y rey. Se sigue el mismo procedimiento. En primer lugar, llegas y te dan la bienvenida, en segundo lugar, te explican cómo realizan manualidades, transformando la materia prima en un producto acabado y listo para vender, y en tercer lugar, pasas por la tienda y, con suerte para ellos, por caja. De hecho esta forma de proceder es común en distintas partes del mundo turístico ya que si ves cómo trabajan y el esfuerzo que conlleva sacar el trabajo manual adelante, darás mayor valor al producto, y por tanto, será más fácil comprar a un precio más caro.

Nos llevaron, entre otros lugares, a ver cómo trabajaban los metales, la madera o la seda y el algodón. El mejor preparado fue el Khit Sunn Yin, donde primero nos llevaron a observar cómo una serie de mujeres estaban trabajando en un telar, y luego nos llevaron a la tienda para vendernos los distintos productos realizados. Tengo que destacar que también tienen un producto estrella, local y que para ellos tiene un valor superior, éste es el loto (Kyar). Distintas especies de loto crecen en la región de Inle, siendo la más famosa el Kyar, el loto es considerado una flor sagrada. Hará unos 150 años, un devoto, Daw Sar Our, produjo una cuerda hecha de loto y se la ofreció a un monje. Éste es el origen del arte de crear productos a base de hilos de loto sacados de su propio tallo. Se cree que el loto absorbe energías negativas, malos olores y da buena suerte.

Hay un aspecto que me llamó la atención. El pueblo birmano es radicalmente distinto de otras culturas del sudeste asiático. Son de carácter noble, limpios y no intentan sacar provecho del turista, al menos son más sutiles. Se ganan la vida a base de esfuerzo y trabajo – de hecho, aun siendo un pueblo pobre, no intentan sacar dinero por la mínima cosa. Su objetivo es realizar una transacción que ellos consideran justa y así justificar su trabajo. Prueba de ello es su escasa cultura del regateo. Si les ofreces algo menos por sus productos, en vez de intentar llegar a un punto medio, prefieren no vender.

Una cultura alegre

Otro producto característico que venden en casi todos los puestos es la Tanaka. Se trata de un ungüento extraído de la pulpa de un árbol birmano. Se extrae en forma de polvos amarillos, que mezclado con agua, crea esta especie de crema. Lo usan tanto hombres como mujeres, y su empleo data de hace más de 2000 años. Si bien es considerado complemento estético también se usa como protección solar. Si te fijas en tu recorrido por Myanmar, verás este producto natural en los rostros de gran parte de los habitantes locales.

La señora que está en el centro de la barca lleva Tanaka puesta

Cuarta parada – El Grupo Étnico Kayan

Myanmar es una mezcla de distintos y variados grupos étnicos. Desde los Bamar, a los Intha, pasando por los Mon y Chin, se encuentran hasta 9 grupos étnicos en 9 áreas del país. El grupo étnico que predomina en la zona Inle son los Intha, de religión budista y con fama de trabajadores. Por otro lado, muy cerca de allí, se encuentra el grupo étnico Kayan, que de hecho puedes ver en la zona Inle. Este grupo es más conocido por las mujeres del grupo, las llamadas mujeres jirafa o “longnecks” ya que culturalmente van alargando su cuello desde edades tempranas. Este proceso de alargamiento lo realizan con aros de bronces que van introduciendo alrededor de su cuello para poder así alargarlo. Hay una leyenda que dice que si se quitan estos aros, su cuello no soportaría la cabeza y morirían ahogadas, aunque no es verdad, ya que se quitan los aros cuando quieren.

Las mujeres Kayan

No se sabe a ciencia cierta cómo comenzó este fenómeno cultural. Algunos piensan que alargar el cuello las haría poco atractivas frente a las tribus rivales. Otros creen que era para protegerse de los ataques de tigres. Parece que lo más lógico es pensar que simplemente se trata de un accesorio.

Accesorios Kayan

Si bien es cierto que el proceso de alargamiento del cuello a través de estos aros de bronce está dentro de la cultura Kayan, también es cierto que esta minoría étnica de tendencia pobre ha visto un filón a la hora de exponerse y convertirse en un reclamo turístico. De hecho, parte de este grupo, con sede cercana a Loikaw, ha emigrado a la parte norte de Tailandia (Mae Hong Son) para que los turistas puedan conocerlas y fotografiarse con ellas.

En Inle visitamos otro taller / tienda de telas y ropa donde las mujeres trabajadoras eran Kayan (por la cercanía de Inle de Loikaw). De hecho fue una buena oportunidad de poder interactuar con este grupo étnico dentro de un ambiente de trabajo.

Kayan

También quiero destacar que, a pesar de que en Myanmar existen multitud de grupos étnicos que conviven pacíficamente entre sí, hay uno en especial que no es aceptado, los Rohingya. Se trata de una minoría musulmana, inmigrantes originales en su mayoría de Bangladesh, considerados lo más bajo de la escala social. Se distinguen, entre otras características, por tener un color de piel más oscuro. Lamentablemente, cuando sale en las noticias Myanmar es básicamente por la constante violación de derechos humanos de este grupo minoritario, el cual marginan y los someten a desplazamientos forzados.

Quinta Parada – Phaung Daw Oo Paya y Nga Hpe Kyaung

Si pudiera destacar dos lugares sagrados para los habitantes locales son Phaung Daw Oo Paya y Nga Hpe Kyaung, que fueron los dos únicos templos que visitamos. Realmente, cuando estás en el Sudeste Asiático puedes encontrarte con miles de templos de unas características y decorados parecidos. La parada anterior a nuestro descubrimiento de Inle fue el pueblo de Bagan, famoso por tener miles de templos mucho más impresionantes. De todas formas, estos dos lugares, dentro de las dependencias del lago Inle son un “must visit” en el camino. Nga Hpe Kyaung, más conocido como el monasterio de los gatos saltarines (que debe su nombre a los gatos antepasados de los menos enérgicos gatos de hoy en día). Es una gran estructura de madera sobre el agua también famosa por la colección de imágenes de buda en su interior.  Phaung Daw Oo Paya, quizá más impresionante que cualquier otro lugar sagrado en Inle, es una gran pagoda donde dominan los colores rojos y dorados, con 5 imágenes antiguas de Buda. Es famosa por el festival que se lleva a cabo entre octubre y noviembre cada año, donde se pueden observar barcos muy ornamentados cargando estas imágenes de Buda por todo el lago, haciendo paradas hasta en 14 pueblos del lago.

Nga Hpe Kyaung
Phaung Daw Oo Paya Pagoda en Ywama
Phaung Daw Oo Paya Pagoda en Ywama
Phaung Daw Oo Paya
Existe segregación entre hombres y mujeres

Otro lugar que merece la pena recorrer es el pueblo de Inthein. A mí particularmente no me dio tiempo a recorrerlo, pero con un día más de tiempo disponible lo hubierámos visitado. Es un pueblo con construcciones que datan desde hace más de 2000 años, tratándose de los primeros asentamientos a las orillas del lago Inle, donde su construcción más característica son las estupas, un tipo de arquitectura budista hecha para contener reliquias, que deriva probablemente de los antiguos túmulos funerarios.

Inthein

Sexta Parada – El mercado rotante de cinco días de Inle

Un mercado rústico rota en varias ubicaciones alrededor del lago. Los pueblos participantes albergan mercados cada cinco días. A nosotros nos acercaron al Nan Pan Market donde cientos de barcas se juntaban en un embarcadero. Desde ahí nos dejaron una hora larga para visitar y comprar y negociar artículos y souvenirs en algunos de los cientos de puestos ambulantes del mercado. No es algo espectacular pero tiene su toque exótico y genuino, por lo que es algo que tienes que tener en tu agenda cuando recorres Inle.

Canoas agolpadas en el embarcadero
Nan Pan Market

Los jardínes y huertos flotantes

Por último, me llamó la atención dentro del lago, la proliferación de los llamados jardínes o huertos flotantes. El hecho de haber creado un pueblo sobre el lago, había desencadenado una forma muy original de desarrollar agricultura sobre el propio lago. Los granjeros Intha han desarrollado en el centro del lago una superficie flotante vegetal sujetada por bambús. Encima de esta superficie colocan una estructura de madera enrejada y plantan flores, tomates, calabazas y otras frutas y verduras. Es algo muy curioso de ver.

Los huertos flotantes
Disfrutando de los huertos flotantes

Trekking y rutas en bicicleta

El lago Inle también ofrece rutas de trekking y en bicicleta a su alrededor. Es muy recomendable elegir una ruta de una u otra manera para también admirar Inle desde tierra. En nuestro caso, alquilamos un par de bicicletas en dirección a Nyaungshwe desde el hotel donde nos hospedamos. Si bien no llegamos al pueblo, mereció la pena el cambio de aires después de un par de días de intensa navegación.

El medio de transporte favorito

Inle es de los lugares con más encanto del mundo. Merece la pena desviarse desde cualquier punto del Sudeste Asiático para poder sumergirte y admirar las grandes joyas de Myanmar, siendo Inle y Bagán las joyas de la corona.