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Qué ver en Ereván: guía para descubrir la capital de armenia

Un poco de historia: de Erebuni a Ereván: una ciudad con 2.800 años de historia

Orígenes urartianos (782 a. C.)
Ereván nació con la fundación de la fortaleza de Erebuni por el rey urartiano Argishti I. Este bastión, construido en una colina estratégica, fue diseñado para controlar los valles cercanos y proteger las rutas comerciales. El nombre “Erebuni” evolucionó con los siglos hasta convertirse en “Ereván”.

Fortaleza de Erebuni

Época medieval
Durante la Edad Media, Ereván fue una ciudad de paso clave en la Ruta de la Seda. Sin embargo, sufrió numerosas invasiones y cambios de poder, pasando por manos persas, árabes, turcas y mongolas. Su carácter multicultural se fue forjando en este constante cruce de imperios.

Dominio persa y otomano
Entre los siglos XVI y XVIII, Ereván estuvo mayoritariamente bajo control persa, aunque fue escenario de disputas continuas con los otomanos. La fortaleza de Ereván era entonces uno de los enclaves militares más codiciados del Cáucaso.

Incorporación al Imperio ruso (1828)
Tras la guerra ruso-persa, Ereván pasó a formar parte del Imperio ruso. Bajo dominio zarista, la ciudad comenzó a crecer como centro administrativo y militar.

Periodo soviético (1920-1991)
Con la creación de la República Socialista Soviética de Armenia, Ereván se convirtió en capital y vivió una transformación radical: amplias avenidas, edificios de estilo soviético y planes urbanísticos modernos. La ciudad se expandió y se industrializó, pasando de ser una localidad de poco más de 30.000 habitantes a una metrópolis de más de un millón.

Armenia independiente (1991 en adelante)
Tras la disolución de la URSS, Ereván se consolidó como capital de la Armenia independiente. Desde entonces, ha sabido combinar la herencia soviética con una nueva cara moderna: cafés, vida cultural activa y proyectos arquitectónicos contemporáneos. Hoy, con más de 1,1 millones de habitantes, es el corazón político, cultural y económico del país, una ciudad que mira al futuro sin olvidar su pasado de 2.800 años.

Introducción

Llegar a Ereván, la capital de Armenia, es como entrar en una ciudad donde la historia más antigua y la vida moderna conviven en un mismo escenario, aunque esto se da más en el centro de la ciudad. Fundada en el año 782 a. C. con la construcción de la fortaleza de Erebuni, Ereván presume de ser una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo. Hoy, sin embargo, sorprende al viajero con su ambiente joven, sus cafés animados y su aire cosmopolita, todo ello bajo la imponente silueta del Monte Ararat, visible en los días claros desde cualquier rincón de la ciudad.

Ereván o Yerevan con el Mr Ararat detrás

Tengo que puntualizar que nos sorprendió el deteriorado estado de conservación de muchos de los primeros edificios que te reciben a la entrada de la ciudad. Están completamente dejados y abandonados a su suerte. Sin embargo, no os dejéis llevar por esa primera impresión y dar una oportunidad de caminar por el centro, e intentar conversar con la gente local.

En esta guía te contamos qué ver en Ereván, desde sus plazas y museos hasta sus mercados y memoriales. Una ciudad que, más que visitarse, se vive a través de sus calles, su gente y su memoria.

Lugares imprescindibles que ver en Ereván

Plaza de la República

Es el corazón de la capital y punto de encuentro tanto para locales como para viajeros. La Plaza de la República está rodeada de edificios monumentales construidos en piedra volcánica rosa, un estilo arquitectónico que mezcla el clasicismo soviético con detalles armenios. Aquí se encuentran el Museo de Historia de Armenia y la Galería Nacional de Arte, con colecciones que van desde restos arqueológicos urartianos hasta pinturas de artistas europeos.

Plaza de la República

Por la noche, la plaza cobra vida con su espectáculo de fuentes musicales, un clásico para terminar el día en la ciudad.

Cascada de Ereván

La icónica Cascada es una monumental escalinata de piedra que conecta el centro con el distrito de Monument. Subir sus rampas y escaleras, decoradas con fuentes y jardines, ya es una experiencia, pero lo más interesante es que todo el conjunto funciona como un museo de arte al aire libre.

La icónica cascada de Ereván

En los alrededores se pueden ver esculturas de artistas internacionales como Botero o Chadwick, y en su interior se encuentra el Centro de Arte Cafesjian, con exposiciones contemporáneas. Desde la parte superior, las vistas de la ciudad y del Monte Ararat son simplemente espectaculares.

La cascada de noche iluminada

Debido a nuestro tiempo limitado, solo pudimos observarla de noche.

Museo y Memorial del Genocidio Armenio

A pocos minutos del centro, en la colina de Tsitsernakaberd, se encuentra uno de los lugares más solemnes de Ereván: el Museo y Memorial del Genocidio Armenio. El memorial está formado por una estela de 44 metros y 12 losas inclinadas que rodean una llama eterna en recuerdo de las víctimas de 1915.

El solemne memorial del genocidio armenio

Visitarlo no es solo un acto de memoria, sino también de comprensión de la historia armenia. En el museo se exponen documentos, fotografías y testimonios que muestran tanto la magnitud de la tragedia como la firmeza del pueblo armenio por sobrevivir. Entre los paneles destacan fragmentos de declaraciones oficiales que, ya en plena Primera Guerra Mundial, denunciaban lo que estaba ocurriendo o planes de la nación turca de acabar sistemáticamente con los pueblos cristianos, y en particular, el armenio.

El solemne memorial del genocidio armenio

No puedo trasladar aquí el contenido total del museo, pero sí me gustaría destacar algunos aspectos, y por supuesto, recomendar encarecidamente su visita en tu paso por Ereván.

En resumen, en plena guerra mundial, el 15 de abril de 1915, el ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Sazonov envió un mensaje a las embajadas en Londres y París alertando de las masacres cometidas por turcos y kurdos contra los armenios. Poco después, el 24 de mayo de 1915, Gran Bretaña, Francia y Rusia emitieron una declaración conjunta en la que acusaban al Imperio Otomano de ser responsable de “crímenes contra la humanidad y la civilización”. Fue la primera vez que esta frase que bien podemos traducir como genocidio, se utilizó en la diplomacia internacional, sentando un precedente que décadas más tarde serviría para enjuiciar a los criminales nazis en los Juicios de Núremberg.

Durante aproximadamente un mes, la población kurda y turca de Armenia ha estado masacrando a los armenios con la connivencia y a menudo la asistencia directa de las autoridades otomanas. Tales masacres tuvieron lugar a mediados de abril (nuevo calendario) en Erzerum, Dertschun, Egin, Bitlis, Mush, Sassun, Zeïtun y en toda Cilicia. Los habitantes de unas cien aldeas cerca de Van fueron asesinados. En esa ciudad, el barrio armenio está sitiado por kurdos. Al mismo tiempo, en Constantinopla, el Gobierno otomano ataca a la indefensa población armenia.”

Parte de la declaración conjunta de la Triple Entente el 24 de mayo de 1915

Hay que tener en cuenta que la Triple Entente estaba en guerra contra el Imperio Otomano, y que ésta, aprovechó ese contexto bélico para realizar uno de los mayores genocidios de la época moderna. Para dar un mayor contexto, muchos pueblos y población armenia se encontraban asentados en gran parte de lo que es hoy territorio turco, por lo que gran parte de estos actos barbáricos ocurrió en lo que actualmente es Turquía, que tuvieron que forzosamente desplazarse a lo que es hoy territorio armenio (aquellos que no fueron asesinados).

El germen del plan turco para acabar con los cristianos armenios

El museo también explica cómo, tras su llegada al poder en 1908, el partido de los Jóvenes Turcos elaboró un plan sistemático para acabar con la población cristiana del imperio, comenzando por los armenios. En el congreso de 1911 se habló abiertamente de “islamizar” a la población y, en caso de fracasar, de “exterminar a los cristianos”. El plan incluyó deportaciones masivas hacia los desiertos, destrucción de pueblos enteros y asesinatos en campos de concentración improvisados.

Con la Primera Guerra Mundial como excusa, los Jóvenes Turcos encontraron el momento oportuno para ejecutar este proyecto. Entre 1915 y 1916, más de un millón de armenios fueron asesinados o deportados en condiciones que equivalían a una condena a muerte.

La llama permanente que recuerda la masacre

El museo no solo recuerda a las víctimas, también busca transmitir una lección universal: la importancia de reconocer los crímenes de la historia para evitar que se repitan. A día de hoy, las autoridades turcas siguen sin reconocer este hecho, más de 100 años después de que ocurriera. Las heridas todavía continúan abiertas.

Consejo práctico: la entrada es gratuita y se recomienda dedicar al menos dos horas para recorrer el memorial y el museo. Es un lugar cargado de emoción y silencio, donde cada visitante conecta con la memoria de un pueblo que, pese a la tragedia, ha sabido mantener viva su identidad.

Mercado de Vernissage

Si quieres conocer la parte más colorida de la ciudad, el Vernissage es una parada obligatoria. Este mercado al aire libre, abierto principalmente los fines de semana, es un escaparate de artesanía, alfombras, recuerdos, antigüedades y obras de artistas locales. Aquí se respira la esencia del pueblo armenio en cada puesto, desde joyas de plata hasta pinturas y tallas de madera.

Ópera y parque de los cisnes

El Teatro de la Ópera es otro de los emblemas de la ciudad, rodeado de terrazas y cafés siempre llenos. Frente a él, el Parque de los Cisnes es uno de los lugares favoritos de los locales para pasear al caer la tarde. Esta zona es, además, uno de los centros de la vida nocturna, con bares y restaurantes modernos que contrastan con la sobriedad de la arquitectura soviética.

Opera

Mezquita azul

La Mezquita Azul, construida en el siglo XVIII, es el único templo musulmán en funcionamiento en Ereván. Sus mosaicos azules y su patio tranquilo ofrecen un respiro dentro del ritmo de la ciudad. Es también un recordatorio de la diversidad cultural que ha marcado la historia de Armenia a lo largo de los siglos.

Fortaleza de Erebuni

Situada en una colina a las afueras de la ciudad, la Fortaleza de Erebuni es el origen de Ereván. Fue fundada por el rey urartiano Argishti I en el 782 a. C., y de allí proviene el nombre actual de la ciudad. El museo en el lugar expone piezas de cerámica, inscripciones cuneiformes y restos arqueológicos que permiten imaginar cómo era la vida hace casi 3.000 años.

¿Y la vida nocturna?

Cuando viajamos con los amigos que se atreven a visitar un país diferente como Armenia, intentamos probar un poco la vida nocturna e integrarnos con el ambiente local. Hay ciudades que te acogen mejor o son más cercanas con el viajero que ha decidido visitar a su país. Otras que son más frías o cerradas con el extranjero. Esto es lo que nos pasaba en Armenia y Georgia, mientras Armenia está más alineada con la cultura Mediterránea y prefieren interactuar un poco más con nosotros, en Georgia son más fríos por norma general. También se puede intuir por la música que se escucha en los lugares de ambiente. Los Djs en Armenia incluyen en su repertorio un ambiente más variado latino, mientras que en Georgia es más rock o música electrónica.

Salimos a un lugar llamado Hemingway

Las dos noches que salimos por Ereván fueron tranquilas. Es un lugar seguro e ideal para tomarse unas cañas y degustar el vino local. Incluso nos llegamos a encontrar con un grupo de españoles que estaban allí viviendo, y con los que compartimos mesa y una buena conversación. En nuestros viajes y salidas a lugares atípicos en el mundo, casi siempre solemos encontrarnos con otros viajeros o residentes de origen español. No es de extrañar, ya que siempre hemos sido una nación de exploradores, y recientemente, cada vez más decidimos abrirnos a conocer cualquier parte del mundo.

Experiencias que no puedes perderte en Ereván

  • Degustar brandy armenio en la legendaria Fábrica Ararat, donde se produce uno de los licores más famosos del país.
  • Pasear por la Avenida del Norte, moderna arteria comercial que une la Plaza de la República con la Ópera.
  • Probar la gastronomía local: khorovats (barbacoa), tolma (hojas de parra rellenas), khachapuri y el imprescindible lavash recién horneado.

Excursiones desde Ereván

Una de las ventajas de Ereván es que sirve como base ideal para explorar el resto del país:

  • Khor Virap y el Monte Ararat, donde historia y leyenda se funden. Ver más en la Ruta de los Monasterios.
  • Garni y Geghard, un templo pagano único y un monasterio excavado en roca. Ver más en la Ruta de los Monasterios.
  • Lago Sevan, un respiro de naturaleza y frescura a menos de una hora. Si vienes o vas en coche hacia Tiflis, es una parada obligatorio, y en especial, el monasterio de Sevanavank.
Geghard

Consejos prácticos

  • Mejor época para viajar: primavera y otoño, cuando el clima es más suave. Nosotros fuimos en septiembre, un buen mes para acercarse al Cáucaso, antes de que empiece a notarse el frío.
  • Transporte: el centro se recorre a pie; taxis y aplicaciones como Yandex Go son baratos y seguros.
  • Moneda: el dram armenio.
  • Seguridad: Ereván es una ciudad tranquila y segura para los viajeros.

Preguntas frecuentes

¿Es cara Ereván en comparación con otras capitales?
No, los precios son bastante más bajos que en Europa Occidental, tanto en alojamiento como en comida.

¿Se puede visitar todo en un día?
En un día puedes ver lo esencial (Plaza de la República, Cascada y Vernissage), ya que Ereván es un trampolín para realizar las ruta de los monasterios.

¿Cómo llegar desde el aeropuerto al centro?
El aeropuerto de Zvartnots está a 12 km. El taxi cuesta unos 4-6 €, y también hay minibuses locales.

¿Qué souvenirs son típicos?
Alfombras, artesanía en madera, joyas de plata, vino y brandy Ararat.

Descubre Ereván, la capital del Cáucaso

Visitar Ereván es descubrir una ciudad donde el pasado y el presente dialogan en cada esquina. Desde las huellas de la antigua Urartu hasta la modernidad de sus avenidas, pasando por el recuerdo imborrable del genocidio, la capital armenia invita a mirar la historia de frente sin dejar de celebrar la vida.

Si Armenia es un viaje a la espiritualidad de los monasterios, Ereván es el latido urbano de esa misma historia, un lugar que combina la fuerza de un pueblo con la hospitalidad que define a toda una nación.