Origen del nombre y fundaciones
Antes de los españoles, la llanura pampeana estaba habitada por querandíes, guaraníes y otros grupos indígenas. Con la llegada del descubrimiento, en 1536, Pedro de Mendoza levantó el primer asentamiento: Nuestra Señora del Buen Ayre (nombre tomado de la advocación mariana venerada por los marineros de Sevilla). Aquella fundación fue efímera: hambre, aislamiento y enfrentamientos con los querandíes la hicieron desaparecer.

En 1580, Juan de Garay realizó la refundación como Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires. Desde entonces, el puerto y el río de la Plata marcaron su destino: comercio, aduanas y una traza en damero que aún hoy se reconoce en el Microcentro.
Capital del virreinato y defensa criolla
En 1776 la Corona creó el Virreinato del Río de la Plata y Buenos Aires pasó a ser su capital, que ya contaba con unos 20.000 habitantes. La ciudad prosperó con el comercio legal (y el no tan legal). En 1806 y 1807 resistió las Invasiones Inglesas con milicias locales: ese protagonismo criollo alimentó la idea de autogobierno.
Revolución y naciente república
El 25 de mayo de 1810 se formó en Buenos Aires la Primera Junta, inicio del proceso independentista que el Congreso de Tucumán declararía en 1816. Durante décadas, la política osciló entre unitarios (centralismo porteño) y federales (autonomía provincial). La figura dominante fue Juan Manuel de Rosas (1829–1852), cuyo régimen cayó tras la batalla de Caseros.
La belle époque porteña: cuando Buenos Aires soñó ser París
Una ciudad que nació mirando al río… y al mundo
Tras la organización del Estado argentino (Constitución de 1853 y federalización en 1880), Buenos Aires se transformó en capital de una nación agroexportadora que crecía al ritmo de sus barcos y su puerto. El país era llamado el granero del mundo, enviando trigo, carne y cueros a Europa.
La riqueza fluía y el sueño de modernizarse “como Europa” tomó forma en las calles: avenidas amplias, bulevares arbolados y palacios afrancesados.

El oro de la pampa y la puerta de entrada de los inmigrantes
Entre 1880 y 1930, millones de inmigrantes europeos (principalmente italianos y españoles, pero también franceses, alemanes, rusos y judíos del este) desembarcaron en el Puerto de Buenos Aires.
Venían escapando del hambre o la guerra, buscando hacer la América. Muchos llegaron sin nada, pero encontraron trabajo en la construcción, los ferrocarriles, los frigoríficos o en pequeños comercios.
En este tiempo, en la saturada Europa era complicado prosperar, y varios países y zonas de América ofrecían grandes oportunidades para tener tierras, mano de obra barata y una nueva oportunidad de empezar de nuevo. Así prosperaron países como Argentina, Méjico, Venezuela, EEUU, entre otros. Se necesitaba mucha población para poblar grandes cantidades de terreno.
En pocos años, barrios como La Boca, San Telmo, Balvanera o Almagro se llenaron de conventillos y lenguas mezcladas.
Así nació el lunfardo, jerga popular que mezclaba dialectos italianos, castellano y palabras del campo. Y en los patios humildes de esos conventillos, con guitarras y bandoneones, nació el tango.

La ciudad más rica del hemisferio sur
Gracias al modelo agroexportador y al flujo constante de divisas, Argentina llegó a estar entre las diez economías más prósperas del mundo.
Buenos Aires fue el reflejo urbano de esa riqueza:
- En 1908 se inauguró el Puerto Madero (el más moderno de Sudamérica).
- En 1913, la ciudad estrenó su subterráneo (línea A), el primero del hemisferio sur.
- Se levantaron teatros, bancos y ministerios siguiendo modelos europeos.
- Los cafés, como el Tortoni (1858), se llenaron de intelectuales y poetas.
- La Avenida de Mayo imitó los bulevares parisinos; el Teatro Colón rivalizaba con la Scala de Milán.
En ese tiempo, los porteños se sentían parte de una élite mundial, con un estilo de vida refinado: ópera, arquitectura académica, cafés literarios y modas francesas.
Se decía que Buenos Aires era “la París de Sudamérica” y no era exageración.

Palacios y barrios de lujo
Las familias adineradas —muchas terratenientes de la Pampa— construyeron residencias palaciegas en Recoleta y Retiro.
Ejemplos:
- El Palacio Paz, hoy Círculo Militar.
- El Palacio Ortiz Basualdo, sede de la Embajada de Francia.
- El Palacio Errázuriz Alvear, hoy Museo de Arte Decorativo.
Caminar por Recoleta o por la Avenida Alvear es recorrer una postal congelada de la Belle Époque.

La mezcla que dio identidad
Lo fascinante es que, mientras en los salones se hablaba francés, en los barrios populares los inmigrantes mezclaban dialectos y creaban una cultura nueva, porteña y mestiza.
Buenos Aires no fue sólo una copia de Europa: fue un crisol. En los mismos años que se estrenaban óperas, surgían clubes de fútbol, sociedades de socorro mutuo, bibliotecas obreras, milongas y cafés de esquina.
Esa convivencia de lujo y esfuerzo, de aristocracia y obrero inmigrante, moldeó su carácter orgulloso, melancólico y apasionado.
Curiosidades históricas
- En 1914, el 47% de los habitantes de Buenos Aires había nacido en el extranjero.
- Había más pianos por habitante que en muchas capitales europeas.
- El tranvía y el subte hacían de Buenos Aires una ciudad más conectada que Nueva York en ciertos trayectos urbanos.
- En cafés y clubes se debatía política, literatura y tango: era un laboratorio cultural.
Historia reciente de buenos aires: de las crisis a la memoria colectiva
El golpe de 1930: la primera ruptura institucional
Sin embargo, como les ocurriera a varios países sudamericanos, la prosperidad fue interrumpida debido a crisis y multitud de golpes de estado, en el que sus consecuencias llegan hasta nuestros días.
Después de la prosperidad agroexportadora de fines del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial, Argentina vivía en aparente estabilidad bajo gobiernos elegidos con la Ley Sáenz Peña (1912), que había permitido el voto secreto y obligatorio para varones. Hipólito Yrigoyen, líder de la Unión Cívica Radical (UCR), fue elegido presidente en 1916 y reelegido en 1928.
Pero el contexto internacional cambió drásticamente:
- El crack de 1929 hundió los precios internacionales de los granos y carnes, principales exportaciones del país.
- Cayó la recaudación, aumentó el desempleo y se profundizó el malestar social.
- Las élites conservadoras, sectores militares y la Iglesia criticaban el “populismo” de Yrigoyen y su apoyo a las clases trabajadoras.
En septiembre de 1930, el general José Félix Uriburu encabezó el primer golpe de Estado exitoso del país. Fue el inicio de un ciclo de interrupciones democráticas que se repetiría durante todo el siglo XX.
El surgimiento del peronismo y la figura de Eva Perón
En medio de la inestabilidad, surgió una nueva generación militar. En 1943, un golpe llevó al poder a un grupo de oficiales donde destacaba un coronel: Juan Domingo Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión impulsó leyes laborales, jubilaciones y derechos sindicales.

En 1945, conoció a Eva Duarte, una actriz de radio y cine de origen humilde, que se convirtió en un fenómeno social:
- Impulsó el sufragio femenino (logrado en 1947).
- Creó la Fundación Eva Perón, que distribuía ayuda directa a los sectores populares.
- Se ganó el cariño de los “descamisados” y el rechazo de las élites.
Murió joven, en 1952, con apenas 33 años, pero dejó un legado imborrable. Para millones, simboliza la justicia social y la inclusión de los marginados. Su figura sigue presente en murales, discursos y homenajes.
El peronismo, como movimiento, marcó una nueva identidad política y social que aún hoy estructura la vida política argentina.
La dictadura de Videla (1976–1983): terror y silencios
El país llegó a los años 70 con inflación, polarización política y violencia armada entre grupos guerrilleros y fuerzas parapoliciales. En marzo de 1976, las Fuerzas Armadas derrocaron a Isabel Perón y establecieron el Proceso de Reorganización Nacional, encabezado por Jorge Rafael Videla.
Fue una de las dictaduras más sangrientas de América Latina en el que alguno de sus datos son los siguientes:
- Desaparición forzada de unas 30.000 personas, entre militantes, estudiantes, sindicalistas y opositores.
- Centros clandestinos de detención como la ESMA en Buenos Aires.
- Censura, exilio y represión cultural.
Durante el Mundial de Fútbol 1978, organizado por la dictadura, el gobierno buscó mostrar al mundo una “imagen positiva” del país. Mientras la selección argentina ganaba el campeonato, a pocas cuadras del estadio se seguían escuchando los gritos de detenidos desaparecidos.

En ese contexto nacieron las Madres de Plaza de Mayo, mujeres que comenzaron a reunirse frente a la Casa Rosada con pañuelos blancos, exigiendo saber el paradero de sus hijos. Su lucha pacífica se transformó en símbolo mundial de resistencia y derechos humanos.

El retorno democrático y las crisis recurrentes
En 1983, tras la derrota militar en la Guerra de Malvinas y la presión social, el país regresó a la democracia con Raúl Alfonsín. Se realizaron los Juicios a las Juntas, pioneros en América Latina.
Pero la economía siguió siendo un desafío:
- En los 80, hiperinflación.
- En los 90, el gobierno de Carlos Menem implementó una convertibilidad (1 peso = 1 dólar), que estabilizó los precios pero generó endeudamiento y desindustrialización.
- En 2001, el modelo colapsó: el corralito congeló los depósitos bancarios, hubo protestas masivas, represión y la renuncia del presidente De la Rúa.
Las imágenes de ese diciembre quedaron grabadas en la memoria colectiva y mundial.
La Argentina contemporánea: inflación y resiliencia
Desde entonces, la economía argentina vive en un ciclo de crisis recurrentes:
- Altos niveles de inflación crónica (superiores al 100% anual en la actualidad).
- Dificultad para acceder a divisas, restricciones cambiarias, devaluaciones periódicas.
- Tensiones entre políticas de gasto social y necesidad de equilibrio fiscal.
- Alternancia entre gobiernos de corte peronista (intervencionistas) y liberales (ajustistas).
Buenos Aires, sin embargo, ha demostrado una resiliencia cultural y social sorprendente: cafés llenos, arte callejero, ferias, librerías, una gastronomía pujante y una vida cotidiana que sigue adelante entre crisis, creatividad y sentido del humor. Sin embargo, también se deja notar el estado del país en unas calles cada vez más llenas de personas sin hogar, ciudadanos comprando ropa con financiación a corto plazo, una importante sensación de inseguridad y una parte sustancial de la ciudad con cierto aire decadente donde urge la inversión en infraestructuras.

Preguntas frecuentes (historia de Buenos Aires)
¿Por qué se llama Buenos Aires?
Por la advocación de la Virgen del Buen Aire, protectora de navegantes; el nombre lo trajeron marineros andaluces.
¿Qué barrios conservan mejor el pasado colonial y del siglo XIX?
Monserrat y San Telmo (casas coloniales y patios), Recoleta (palacios y cementerio monumental), Avenida de Mayo (arquitectura de influencia española y francesa).
¿Dónde se originó el tango?
En los arrabales del sur de la ciudad (La Boca, Barracas, San Telmo), mezclando ritmos afro-rioplatenses, inmigrantes y criollos.

¿Qué episodios marcaron la identidad cívica porteña?
Las Invasiones Inglesas (milicias vecinales), la Revolución de Mayo y las movilizaciones masivas del siglo XX (peronismo, Madres de Plaza de Mayo).
¿Por qué hay tantos apellidos italianos y españoles?
Por la gran inmigración 1880–1930; transformó demografía, gastronomía y lenguaje.
A continuación Qué ver en Buenos Aires en 1 día: Plaza de Mayo, Casa Rosada y tango en vivo.