Continuación de La Semana Santa a través de Jerusalén (Primera Parte).
El Domingo de Ramos empezaríamos el recorrido en el Monte de los Olivos, en particular, en el Dominus Flevit (que significa el Señor lloró).
Jesús llora por Jerusalén
41 Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo: 42 «¡Cómo quisiera que hoy tú, entre todos los pueblos, entendieras el camino de la paz! Pero ahora es demasiado tarde, y la paz está oculta a tus ojos. 43 No pasará mucho tiempo antes de que tus enemigos construyan murallas que te rodeen y te encierren por todos lados. 44 Te aplastarán contra el suelo, y a tus hijos contigo. Tus enemigos no dejarán una sola piedra en su lugar, porque no reconociste cuando Dios te visitó[d]».
Lucas 19.41-44
La tradición cristiana sitúa aquí, en el Monte de los Olivos, el lugar en el que Jesús se detuvo y lloró a su entrada a Jerusalén en el Domingo de Ramos. La primera iglesia fue construida en la época cruzada, siendo la actual del siglo pasado, obra del arquitecto Antonio Barluzzi. Lo que impresiona de este monumento, en forma de lágrima, es el gran ventanal situado detrás del altar donde puedes contemplar la impresionante ciudad de Jerusalén.
Después de visitar este lugar y contemplar la magnífica y milenaria ciudad, tal cual la contempló Jesús hace 2000 años, es tradición bajar el Monte de los Olivos con las palmas correspondientes (tal y como recibieron a Jesús según el evangelio de Juan) hasta llegar a la puerta del León, una de las principales puertas de entrada a la ciudad vieja de Jerusalén.
La entrada de Jesús a Jerusalén
Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, toda la gente se alborotó, y decía:
—¿Quién es este hombre?
11 Y los que venían con Jesús contestaban:
—¡Es Jesús, el profeta! Él es de Nazaret, el pueblo de Galilea.
Mateo 21.10-11
12 El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!
Juan 12.12-13
Una de las tradiciones más populares en el mundo cristiano es acudir con tus palmas el Domingo de Ramos a la iglesia para recibir la bendición del sacerdote.
A continuación Lunes Santo – Templo de Jerusalén (ahora Explanada de las Mezquitas) y la Tumba de Lázaro en Betania.