Uno de los fenómenos naturales que siempre me han llamado más la atención han sido los saltos de agua o las cataratas. He visitado las consideradas tres cataratas más importantes del mundo (Iguazú, Victoria y Niágara, mis favoritas por ese orden), además de haber hecho un recorrido por las cataratas de Islandia (Gullfoss, Dettifoss, entre otras).
En mi viaje a Argentina no podía faltar una parada obligatoria para ver y disfrutar de las cataratas de Iguazú. No puedo describir suficientemente bien con palabras para realmente crear la sobrecogedora atmósfera que te envuelve una vez estás allí. Lo que sí puedo asegurar es que las puedes ver muy bien, que las puedes sentir y que necesitas dos días enteros para verlas, un día para caminar por encima de ellas y sentirlas por el lado argentino y otro día más escénico-fotográfico desde Brasil con el que ganas perspectiva.
Lo natural si estás haciendo un recorrido por Argentina es volar a Puerto Iguazú (Misiones), una ciudad cómoda, con una oferta interesante de alojamientos y restaurantes a buen precio donde puedes degustar la comida local. No es un pueblo con mucho interés turístico quitando la visita de las cataratas, pero en mi opinión, su enclave geográfico hace que merezca la pena un paseo por la urbe. El hito de las tres fronteras se encuentra a 1km del centro, que es una especie de mirador donde puedes divisar los países de Brasil y Paraguay a través de los ríos Iguazú y Paraná que hacen de fronteras naturales entre estos tres países.
El clima es tropical, el único punto en Argentina donde puedes disfrutar de algo de selva, y de hecho, recuerda esta zona a la selva amazónica en pequeñito. El Parque Nacional de Iguazú alberga un bosque tropical de unas 2000 especies identificadas de plantas, 400 clases de aves (tucanes y loros, entre otros), una serie de exóticos mamíferos como pumas, jaguares, coatíes (¡con los que hay que tener mucho cuidado en la visita turística a las cataratas!), monos capuchinos, e incluso reptiles como iguanas y serpientes.
Las cataratas de Iguazú es uno de aquellos lugares únicos en el mundo y considerada unánimemente como una de las maravillas naturales del mundo. Imaginaos una primera visión de las cataratas donde puedes observar y escuchar el rugido de 1,5 millones de litros por segundo de agua cayendo en aproximadamente 275 cataratas sumando unos 3km de anchura, en un ambiente verde intenso tropical y adornado por el canto de millares de aves del paraíso.
El curso del río Iguazú fluye por una meseta de basalto que finaliza antes de encontrarse con el Paraná, cayendo desde una altura máxima de 80 metros (en la garganta del diablo) en la tierra sedimentaria. Lo más curioso, aparte del gran caudal, es la separación del río entre rocas y diversas islas que hacen de Iguazú, un conjunto de cascadas, más que de una catarata única (como Victoria) o dos cataratas (como Niágara). Según la tradición guaraní, las cataratas surgieron cuando Caroba, un guerrero local, al escapar con Naipur, provocó la cólera de uno de los dioses del bosque que hizo que el cauce del río se hundiera frente a la pareja. Naipur cayó y se convirtió en roca y Caroba sobrevivió en forma de árbol asomándose al precipicio desde lo alto.
Iguazú desde Brasil (día 1)
Si te encuentras en el lado argentino, lo más razonable es hacer primero Iguazú desde Brasil y dedicarle un día entero. Aunque allí no necesitas más de dos / tres horas, tienes que cruzar la frontera (que implica doble control de pasaportes argentino y brasileño) y que si te descuidas y tu chófer / guía es un poco despistado podrás quedarte varias horas parado en frontera. Nosotros tuvimos suerte y pudimos ser ágiles en el paso de frontera donde nos dejaron a media mañana en la entrada del Parque Nacional de Iguazú por la parte brasileña y nos esperaron para recogernos una vez acabado nuestro paseo.
A efectos prácticos, la parte brasileña cuenta con tres o cuatro miradores principales básicamente a dos alturas. La más alta – que es aquella en el que puedes ver las cataratas por encima del río Iguazú, y la más baja – que te permite descender a un nivel medio permitiéndote adentrarte en las mismas para tener mayor perspectiva de la parte de las cataratas con mayor desnivel y caída del agua – la famosísima “Garganta del Diablo”. De hecho, la parte más baja te permite “saborear” el agua de las cataratas ya que como te descuides acabas empapado debido a que te llega de lleno la salpicadura de la caída vertiginosa de millones de litros de agua.
Iguazú desde Argentina (día 2)
Una vez maravillado por la parte brasileña de Iguazú sientes que la parte argentina no tiene mucho más que ofrecer. Realmente es la misma vista pero desde otro ángulo. Sin embargo, estaba equivocado. La parte argentina te ofrece las mismas cataratas pero en otro estilo. Si las brasileñas son perspectiva, las argentinas las vives.
Como se puede observar en el mapa, se pueden hacer normalmente cuatro caminos principales (quitando los senderos): (1) el círculo inferior, (2) la Isla de San Martín, (3) el paseo superior y (4) el paseo Garganta del Diablo. A no ser que dispongas de más de un día conviene centrarse en el paseo superior y la Garganta del Diablo (curiosa coincidencia en el nombre con la Piscina de Diablo de las Cataratas Victoria). Nosotros optamos por ese itinerario y le sumamos la aventura de la lancha. La Isla de San Martín estaba cerrada por la crecida del río.
Círculo inferior y la excursión de la lancha – como en otras ocasiones me gusta darle un toque aventurero o emocionante a los viajes. En este caso nos atrevimos a meternos en una lancha a la que llegamos por el círculo inferior al embarcadero. La aventura no llegó a la media hora pero básicamente consistía en navegar por las aguas bravas del río, poder ver de frente a lo lejos la forma de las cataratas más altas y darte un chapuzón en las cascadas más cercanas y aparentemente inofensivas. Pude grabar el momento en un vídeo espectacular.
Después de empaparnos proseguimos con nuestro recorrido por el círculo inferior hasta llegar a la parte central e ir directamente al Paseo Garganta del Diablo. No nos queríamos perder el mejor mirador del parque.
Maravilla Natural Garganta del Diablo Permite que tu alma sea saciada, con la belleza impar de este paisaje, que aunque el mundo recorras en tus viajes, nunca podrás hallar, como esto, nada el bien y el mal dinámico y cambiante, encontrarás aquí desde su nombre. lleva en tu humilde corazón de hombre, un mensaje verídico y constante medita y siente la emoción profunda, contemplando el vibrante paroxismo, que de brumas eternas se circunda y no intentes describirlo con tu voz, solo inclina la frente ante éste abismo, que es el espejo de la palabra Dios. ALFONSO RICCIUTO (sus versos están plasmados justo a la entrada del mirador Garganta del Diablo)
Paseo Natural Garganta del Diablo – en la parte argentina han construido un entramado de pasarelas que te permite asomarte a la mayor catarata de las Iguazú – la Garganta del Diablo que llega a los 80 metros de altura de caída del agua. Absolutamente fascinante. Después de esperar a un transporte y recorrer el camino durante 20 minutos, llegamos a las pasarelas construidas sobre el río. Unos 10 minutos después de un paseo tropical conseguimos llegar al mirador sobre la propia garganta. Tienes que ser paciente y hacer fuerza para conseguir tu hueco y poder apreciar la estruendosa fuerza del agua en primera línea. En mi caso cuando estuve pude distinguir un increíble arco iris sobre ellas e incluso un arco iris doble que nunca había visto en mi vida.
Paseo Superior – el paseo superior fue lo último que vimos. Entre la excursión, la comida y la visita a la Garganta del Diablo el tiempo se te echa literalmente encima. Aun así pudimos recorrernos el kilómetro y medio del que consta el paseo superior. Lo más interesante es que coges perspectiva y vas viendo todos los saltos que bordean a la Isla de San Martín. Quizá de forma individual no sean gran cosa pero de forma conjunta es como una orquesta de música sinfónica. Recorrimos los saltos Bossetti, Adán y Eva, Mbiguá y algunos otros. Es un circuito que te permite disfrutar algo más de Iguazú, ya que no hay tanta cantidad de personas, y te permite conectar un poco más con naturaleza, escuchar a los animales y poder tomarte el recorrido con un poco más de tranquilidad.
Como ya comenté anteriormente, Iguazú no es solo un abanico de inmensas e impresionantes cataratas, también es un hábitat natural tropical para millares de especies vegetales y animales. En nuestra visita nos encontramos con alguna que otra sopresa.
Algunos extras de nuestro viaje a Puerto Iguazú
Puerto Iguazú se ha adaptado a recibir a miles de turistas para ver la maravilla natural de las cataratas de Iguazú. Cuando acabas de la agotadora jornada puedes disfrutar de restaurantes que te ofrecen comida típica argentina de la zona de Posadas y pescados de río. En mi caso pude degustar un pescado parecido a una piraña en Jasy. Si quieres también comprar algún recuerdo de la zona, hay muchas tiendas en la zona del hito de las tres fronteras, incluso allí hay un espectáculo de fuentes que te hace distraerte un rato.
En nuestro caso, también quisimos hacer una experiencia más tropical y reservamos varias noches en un lugar que se llamaba la “casita de la selva” (por desgracia cerrado por incendio) – un interesante alojamiento en medio de la propia selva que te hacía sentir una conexión más cercana con la naturaleza. Cabe destacar que para entrar o salir de la misma tenías que hacer un cierto trekking entre pasarelas sin apenas luz por lo que de noche te daba respeto por si te salía una serpiente o similar. Por suerte no nos apareció ningún animal peligroso.
Hay otras varias excursiones que puedes hacer si tienes tiempo de sobra. Nosotros decidimos redondear nuestro viaje a Posadas con una visita express a Paraguay. A través de un barco que cruzaba el río Paraná llegamos a la frontera marítima de Paraguay. El viaje es mucho más corto que ir al lado brasileño de las cataratas de Iguazú. Si quieres ir en coche a Paraguay tendrías que cruzar primero la frontera a Brasil y luego otra vez para ir a Paraguay por lo que solo merece la pena ir en barco (30m apróx.).
En Paraguay nos llevaron a Ciudad del Este y pudimos ver algunas tiendas y conocer algo del centro (no tiene mucho más o al menos no pudimos descubrir mucho más al tener tiempo limitado). Parece que Paraguay es famosa por ser la más tecnológica de los países sudamericanos.
Sin duda, una excursión corta de unas horas que te completa tu visita a las cataratas más impresionantes del mundo habiendo cruzado las fronteras de tres países.