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Introducción a Kirguistán: Biskek, Burana y Konorchek (I etapa)

Continuación de un día de paso en Almaty, Kazajistán.

Si buscas un destino poco explotado, con gran oferta de naturaleza, ideal para combinar con destinos más desérticos o arquitectónicos como Uzbekistán, ese destino podría ser Kirguistán.

En nuestro periplo por Asia Central decidimos aventurarnos en este lugar tan poco conocido, tanto para el viajero habitual, como para el que no lo es. Nuestro propósito era dedicarle unos pocos días (4-5) y conocer algunos de los puntos más simbólicos del país (Biskek, Burana, los lagos Issyk Kul o Song Kol) y disfrutar de una auténtica aventura nómada, llegando incluso a pernoctar un par de días en campos de yurtas.

Aunque personalmente me gusta organizar por mi cuenta todo tipo de viajes, aquí decidimos contar con el apoyo de una agencia local (Nomad’s Land | Ecotourism in Kyrgyzstan & Central Asia (nomadsland.travel)), a los que contacté y negocié desde Madrid, para que nos asignaran un guía durante el recorrido y estuvieran pendientes de nosotros. El defectuoso estado de las carreteras junto con la mejor optimización del tiempo y otros factores que iré narrando, hizo la elección de la agencia, y en particular del guía que nos acompañó, un auténtico acierto.

El cañón de Konorchek

Llegada a Biskek

Después de haber visitado durante una semana las magníficas madrazas, colores y mausoleos de Uzbekistán, y una parada técnica en la ciudad kazaja de Almaty, llegamos a Biskek (que etimológicamente significa palillo usado para batir kumis o leche de yegua) que fue rebautizada con ese nombre en 1991 con el desmembramiento de la URSS. Anteriormente se llamó Frunze – un militar soviético nacido allí, y, de hecho, las siglas del aeropuerto conservan sus iniciales “FRU”. El nombre del aeropuerto realmente se llama “Manas”, que es un poema épico originario de Kirguistán que narra la historia de Manas y sus descendientes luchando contra los uigures. Podría ser un equivalente en España al Cid Campeador.

Biskek, al igual que otras ciudades desarrolladas bajo el manto soviético me hizo recordar a Minsk (Bielorrusia) o a Taskent (capital de Uzbekistán), por poner dos ejemplos. Es una ciudad muy grande en extensión con amplias avenidas y grandes edificios de características soviéticas. Se dice que es la capital más verde de Asia Central y doy fe de ello.

Una ciudad verde con las montañas de Ala-Too al fondo

Eso sí, no está tan cuidada como los dos ejemplos expuestos y tampoco ofrece muchos puntos de interés. En el planning del tour por Kirguistán me sorprendió que no estuviera contemplada ni siquiera una visita de medio día por los puntos más simbólicos de la ciudad, ya que considera que el interés del país se encuentra de forma casi exclusiva en su naturaleza.

El primer día por la mañana nos recogió nuestro guía Miguel (nombre traducido al español de su nombre original el cual nos costaba mucho pronunciar). Contar con un guía durante varios días ofrece grandes ventajas que iremos viendo, aunque puedo destacar que lo más interesante es el poder hablar y tener contacto con alguien que ha vivido en Kirguistán, que tiene las costumbres de las personas de allí y que está abierto a explicar cualquier inquietud que tengas sobre el país. Cuando viajas por tu cuenta, si no eres muy extrovertido, sueles conocer y acceder a los lugares de forma más tangencial. También he de destacar que tuvimos la suerte de tener un guía para solo dos personas por lo que la visita fue muy personalizada.

Después de desayunar en el piso más alto del hotel pudimos ver que Biskek es una gran capital verde, rodeada de grandes montañas (llamadas Ala-Too). De esta manera, coges perspectiva y da la sensación de que la capital está a los pies de una imponente cordillera. Recordemos que Kirguistán es un país muy montañoso donde algunos de sus picos más altos alcanzan los 7000 metros de altura, y esto es por la cercanía con las cadenas montañosas más altas del mundo unos pocos miles de km al sur (Tibet, Himalayas, etc.).

Biskek

Plaza Ala-Too y alrededores

Nuestro primer punto en el recorrido fue la Plaza Ala-Too, un amplio espacio presidido por la estatua del comentado héroe Manas y una bandera gigante de Kirguistán. La bandera es una figura parecida al sol sobre un fondo rojo que representa la sangre del pueblo. Si os fijáis, realmente el sol es una representación del Tunduk (el techo de la clásica yurta nómada) el cual es símbolo de hospitalidad; y cada rayo de sol representa cada uno de los cuarenta clanes del país y la unión de estos.

Plaza de Ala-Too
La bandera de Kirguistán
Manas
Plaza Ala-Too
Otra perspectiva de la plaza con la estatua y el monumento

El pueblo kirguiso es un pueblo nómada descendiente de turcos y se cree que provienen del área de Siberia, migrando a esta zona en los siglos IX a XII de nuestra era, siendo dos terceras partes de la población actual del Kirguistán. Se dice que los kirguisos puros tienen ojos verdes, son pelirrojos y tienen piel clara. Incluso bajo influencia del imperio mongol y la URSS, el pueblo kirguiso ha continuado manteniendo su identidad y culturas únicas.

Volviendo a la plaza de Ala-Too, muy cerca de la bandera, se puede observar dos o tres individuos de la guardia kirguisa, con sus trajes característicos. Justamente cuando caminábamos por la zona, tuvimos la suerte de presenciar un cambio de guardia, y pudimos apreciar que los movimientos eran un tanto más exagerado, que otros cambios de guardia que hemos presenciado en otros lugares del mundo.

Cambio de guardia
Otra perspectiva de Ala-Too

El parlamento de Kirguistán y las revoluciones de 2005 y 2010

Si algo llama la atención de la plaza es el edificio que se encuentra anejo a esta plaza llamado Jogorku Kenesh, el parlamento de Kirguistán. Se trata de un edifico bastante reciente (del año 1985) y de estilo soviético construido para el Comité Central del Partido Comunista de la República Socialista de Kirguistán. Siete pisos al más puro estilo soviético y el exterior revestido de mármol blanco.

Jogorku Kenesh

Kirguistán, al igual que otras repúblicas soviéticas, sufrió de forma violenta el desmembramiento de la URSS en el año 1991. Estas exrepúblicas socialistas fueron durante décadas transformadas para contribuir con un par de productos o materias primas al resto de la URSS (y ésta a su vez le proveía de todo lo necesario para poder subsistir). Por tanto, tenían una escasa capacidad de ser un país independiente, encontrándose de un día para otro solas ante el mundo exterior.

La consecuencia fue una gran crisis que provocó miseria y pobreza durante largos años a gran parte de estos países, hasta que poco a poco han ido saliendo del agujero estructural y económico en el que se encontraban. Kirguistán, en particular, ha sido una de las últimas en levantar la cabeza pues cuenta con menor población, fuerza o recursos de alto valor estratégico (como petróleo o gas). Kazajstán tiene grandes reservas de petróleo y Uzbekistán tiene grandes reservas de gas, por poner dos ejemplos, y ambas con una población mayor, por lo que han tenido más fácil prosperar antes.

Monumento de la época soviética

Nuestro guía Miguel nos contó su experiencia personal. Al tener más de 50 años, ha vivido en sus carnes este traumático proceso de cambio. Básicamente, antes de la extinción de la URSS, solía ser un experto en kárate y profesor reputado en Biskek. En los años 90, no se pudo permitir el lujo de seguir realizando su vocación por lo que tuvo la obligación de emigrar a Yibuti y a Etiopía en África para trabajar en una empresa de transporte y dar así sustento a su familia. Una vez mejoró la situación en Kirguistán y comenzó el turismo, decidió hacerse guía local, llevando con éxito más de 10 años en el negocio.

Kirguistán tampoco ha estado exento de corrupción. Sin embargo, los kirguisos son un pueblo combativo que no ha tenido temor de enfrentarse a los líderes que han intentado usurpar el poder en el país. De hecho, en Kirguistán han habido dos revoluciones en el SXXI, y las dos acabaron echando al presidente del país en ese momento. En el año 2005 depusieron al primero sin apenas violencia (3-4 muertes). En el año 2010 la tragedia fue mayor.

Acabamos de hablar más arriba del edificio de mármol blanco (el parlamento). Pues bien, en 2010 una turba de estudiantes se concentró enfrente del parlamento exigiendo la dimisión del presidente, y éste acabó contestando por medio de disparos de francotiradores a los manifestantes, matando a un total de 86 personas. El escándalo fue tal que el presidente acabó huyendo en helicóptero.

Para recordar este doloroso suceso, se exhibe justamente enfrente del parlamento un monumento a aquellos jóvenes cruentamente asesinados.

La estatua representan a varios jóvenes luchando contra un bloque negro que representa la corrupción

Muy cerca de allí también encontramos la estatua de Kurmanjan Datka, considerada la madre de los kirguisos y de la que es imagen el billete de 50 soms (SOM es la moneda kirguisa). Se trata de una mujer que vivió unos 96 años y que, después de la muerte de su marido, fue reconocida “Datka” o gobernante de la zona de Alai (parte del actual Kirguistán). Su máximo legado fue evitar un conflicto mayor entre los habitantes de esta zona y el imperio ruso durante la anexión de Alai al imperio ruso. Se considera que evitó muchas muertes entre sus paisanos y gozó de gran prestigio entre las potencias coloniales teniendo en todo momento un buen trato con todas. Incluso después de ver cómo ejecutaban a su hijo por contrabando y asesinato, evitó alentar a las masas a rebelarse. La historia de esta mujer merece la pena leerla con detenimiento pues es un caso bastante peculiar para esta zona del mundo donde las personalidades femeninas no son reconocidas.

Kurmanjan Datka

No muy lejos de allí pasamos con el coche delante de otro de los edificios majestuosos de Bishkek, la filarmónica de Biskek, construida en 1980 con capacidad para 1108 personas en la sala principal y una más pequeña con capacidad para 314 asientos. Como veis es otro edificio realizado en la era soviética.

La filarmónica de Biskek

Al igual que en otras ciudades de Asia Central, Biskek tiene un famoso bazar llamado Osh. Los bazares en Asia Central son muy típicos y prácticamente ofrecen de todo, desde frutas, carnes, pan, especias de todo tipo hasta ropa, enseres, antigüedades y souvenirs. De hecho, los bazares son un buen lugar para comprar objetos originales para regalar o traer un recuerdo a alguien cercano. Si bien el mercado de Osh no tiene mucho en especial, siempre merece la pena hacer un recorrido de una hora para ver si hay algo interesante.

Bazar Osh

La Torre de Burana

Una vez empapados de un poco de historia, cultura y arquitectura de la ciudad nos dirigimos a la primera parada de nuestra aventura en carretera, el antiguo emplazamiento de Balasagun, a tan solo una hora y media de Biskek.

Cuenta la leyenda que, antiguamente, había un rey al cual unos sabios le predijeron que su hija moriría por la picadura de una araña, al cumplir la mayoría de edad. El rey, asustado por tan mal presagio, hizo construir una torre con una habitación en la parte de arriba para evitar el fatal destino. Cuando la hija cumplió 16 años, el rey estaba tan contento de haber salvado la profecía que hicieron una gran fiesta en la cual trajeron fruta. De uno de estos frutos, apareció una araña venenosa que picó y mató a la joven.

La moraleja de la leyenda se traduce en que uno no puede escapar a su destino. La torre originalmente se llamó de Murana (el nombre de la hija) aunque fue derivando a la actual Burana.

Leyenda popular

El emplazamiento medieval de Balasagun (Quz-Ordu o Quz-Ulush) fue fundado en el siglo X, siendo su más importante estructura la Torre de Burana, un minarete construido junto a una mezquita (la cual no quedan restos significativos), considerado el más antiguo de la época. Su altura original fue de 46-47 metros de la que ahora solo quedan 24 metros (el paso del tiempo, junto a terremotos han hecho menguar la torre original).

La Torre de Burana
Recreación de la antigua ciudad de Balasagun con la Torre de Burana como referencia

Balasagun ha sido conquistado por múltiples civilizaciones desde sus inicios. Los Karajánidas, la primera dinastía turca que se convirtió al Islam influyó en este emplazamiento durante los siglos X-XI, y en general sobre el actual territorio de Kirguistán, ayudando a desarrollar agricultura, minería, el comercio a través de la ruta de la seda y expandiendo el Islam. Los mongoles llegaron en el siglo XIII y estuvieron hasta XIV.

El actual emplazamiento conserva algunos restos de la antigua ciudad, incluido un pequeño museo con objetos que recogen varios periodos. Se exhiben objetos zorotraistas, de arte islámico, piedras rudimentarias de agricultura, etc.

Piedras para hacer pan
Tinaja que se usaba para mantener alimentos a baja temperatura

También se exhiben figuras muy curiosas como (i) piedras con escritura rúnica y turco antiguo, (ii) los llamados petroglíficos que son piedras con imágenes de figuras, como animales (el famoso Marco Polo) u diversos objetos y (iii) un campo de figuras o esculturas hechas de piedras que representan a nómadas turcos y que normalmente se exhibían sobre las tumbas de dichos nómadas.

Petroglífico de una cabra
Petroglífico de un Marco Polo
Campo de rostros
Campos de rostros II
Campos de rostros

También se puede subir a la torre a través de unas escaleras prácticamente a oscuras donde sugiero que se abstengan claustrofóbicos. La panorámica desde arriba merece la pena porque puedes ver todo el emplazamiento y la estructura de la antigua ciudad de Balasagun.

Vistas desde arriba de la Torre Burana
Torre de Burana
Restos de la antigua ciudad de Balasagun
Vistas desde Burana
Burana interior, abstenerse claustrofóbicos

Breve parada en Cholok

Una vez finalizada nuestra visita a Burana, continuamos nuestro camino en dirección al Lago Issyk-Kul. Poco antes de llegar, hicimos una breve parada en una interesante área de descanso en Cholok. Ahí pudimos degustar una típica comida nómada que consistía en una cesta de huevos duros, un hojaldre típico y sabroso con cebolla llamado Kattama el cual mojábamos en creme fresh, y unas crepes típicas del país. Quizá lo mejor fue el té que nos sirvieron ya que lo hacían de forma tradicional calentado con carbón.

Hora del té al carbón

El cañón de Konorchek

Poco antes de llegar al Lago Issyk-Kul se encuentra el camino que te lleva al espectacular cañón de Konorchek. Es cierto de que disponíamos de poco más de 4 días para hacer una visita exhaustiva por Kirguistán por lo que días como el que estoy contando en este artículo fueron de una intensidad considerable.

El cañón Konorchek

En este caso, para llegar al cañón tienes que hacer un trekking de prácticamente tres horas entre ida y vuelta. Si sumamos a la duración del trekking, pasos de nivel un tanto escarpados y una temperatura superior a 30 grados, se hace el trayecto muy cuesta arriba. Aquí jugó un papel muy importante nuestro guía pues pudo acompañar y apoyar a mi madre en todo el recorrido, salvando como pudo dichos pasos de nivel.

Un recorrido impresionante para llegar al cañón

¿merece la pena?

El recorrido en sí es entretenido. Caminar en el desfiladero de las montañas kirguisas sin prácticamente cruzarte a nadie en el camino lo hace muy aventurero también. En los pasos de nivel hay que tener cuidado, sobre todo con personas de cierta edad, y, más importante aún, hay que estar siempre hidratado.

Los escarpados pasos de nivel
Mi madre y el guía salvando los pasos de nivel
Los pasos en Konorchek

Al final, la vista que tienes del cañón Konorchek es preciosa. Los colores y las formas cónicas del cañón te hacen retener en la memoria esa parte del Kirguistán más árido. Si has recorrido mundo y has estado en otros lugares como el Gran Cañón del Colorado, quizá Konorchek te decepcione, porque no hay nada que mejore este último en cuanto a grandiosidad y magnitud.

Konorchek escénico I
Konorchek escénico II
Se pueden apreciar distintas tonalidades rojizas y unas formas cónicas al fondo erosionadas por el viento

Sin embargo, no puedes entender Kirguistán sin la mezcla de estos paisajes y cañones desérticos junto con los bosques más frondosos de Asia Central o algunos de los lagos más impresionantes del mundo como el Issyk-Kul o el Song-Kul.

Mereció la pena la caminata

A continuación Conociendo el Issyk-Kul en Kirguistán (II etapa).