Continuación del Valle Sagrado de los Incas.
La majestuosa maravilla del mundo de Machu Picchu es uno de los lugares que hay que visitar en la vida. Como le pasó a Stendhal en Florencia en el siglo XIX, en Machu Picchu quedas abrumado por la magnificencia de una ciudad construida en un lugar inexpugnable. Te preguntas cómo fue posible, y cómo una civilización con medios tan escasos pudo mover rocas y piedras de varias toneladas de peso, enclavarlas en ese lugar y moldearlas a su gusto. Construida en el siglo XV, combina una arquitectura impresionante con un entorno natural de gran belleza, lo que lo convierte en uno de los destinos más fascinantes del mundo.

Los incas eran grandes arquitectos y expertos en aprovechar los recursos naturales y la orografía para dotarle de su realidad y cosmovisión. Machu Picchu fue la joya de la corona, el lugar donde llevaron su arte al lugar más complejo posible, debido a su difícil acceso. Quizá se puede argumentar que Cusco, Pisaq o Ollantaytambo eran ciudades más grandes y complejas, pero Machu Picchu, de que realmente poco sabemos en su origen, nos muestra hasta dónde podía llegar esta civilización. Es la Pompeya de los Incas, ya que cuando la descubre Bingham en 1911, la ciudad estaba intacta excepto por el avance de la selva y la maleza, habiendo conservado todos los tesoros, que nunca llegaron a manos de las potencias colonizadoras hasta dicho momento.
Y del origen de la ciudad, poco se sabe, ya que los incas no dejaron registros escritos y su historia ha sido transmitida principalmente a través de los relatos de los cronistas españoles tras la conquista. Sin embargo, como estos nunca tuvieron conocimiento de Machu Picchu, su existencia no fue documentada hasta mucho tiempo después. El nombre Machu Picchu, que significa “montaña vieja”, hace referencia a la elevación sobre cuya ladera se asienta este antiguo enclave inca, aunque no se trata de su denominación original.

Machu Picchu es reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1983 debido a su excepcional valor cultural, histórico y arqueológico. En 2007, fue elegida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, reafirmando su importancia como símbolo de la grandeza de la civilización inca y atrayendo a millones de visitantes cada año.
El Descubrimiento Moderno
El 24 de julio de 1911, el explorador estadounidense Hiram Bingham (1875-1956), catedrático de Historia Americana, alcanzó la cima de la Ciudad Perdida de los Incas y posteriormente reveló a la comunidad científica internacional este extraordinario hallazgo, que fue denominado, con justa razón, el descubrimiento arqueológico más trascendental de América de todos los tiempos. Junto a él, iban tres campesinos: Arteaga, Richarte y Álvarez, quienes residían cerca del lugar y conocían las ruinas. Juntos comenzaron el ascenso hacia Machu Picchu, atravesando una espesa y densa selva. Los campesinos, agotados, decidieron no seguir más adelante y encomendaron al hijo de Richarte, un niño pequeño llamado Pablito, para que los guiara hasta las ruinas, acompañando a Bingham y a su escolta, el sargento peruano Fabián Carrasco, quien también actuaba como traductor en la expedición.
Cuando dejaron la cabaña donde descansaban los campesinos, poco después de una pequeña colina, de repente, se encontraron con una serie de andenes escalonados, rodeados de vegetación y maleza. No obstante, Bingham no se detuvo, sino que siguió ascendiendo hacia lo más alto de ese paisaje impresionante, rodeado por el Valle Sagrado, cerca de Pisac y Ollantaytambo. Continuó su travesía a través de la Selva Virgen, recorriendo uno de los andenes más elevados, hasta que, de repente, se topó con un conjunto de casas en ruinas, construidas con la más delicada labor de piedra que los canteros incas pudieron realizar.
Conmocionado por el descubrimiento, Bingham dice:
“Me quedé sin aliento, ¿cuál podría ser este sitio?”
Luego continuó recorriendo el lugar, guiado siempre por el ágil niño que continuamente llevaba la ventaja trepando las ruinas, a pesar de la espesa vegetación, los árboles, bambúes y maleza que se habían apoderado de la ciudadela inca.
Bingham comprendió de inmediato la importancia de Machu Picchu al descubrir templos, mausoleos, adoratorios, casas, fuentes y andenes escalonados, todos ellos confeccionados con belleza y simetría.
El niño lo condujo a una estructura semicircular que tenía gran semejanza con el Templo del Sol de Cusco, lo que asombró a Bingham. Luego, subiendo una escarpada loma, llegó a una gran escalera de bloques de granito que le permitió ver con claridad la magnitud del hallazgo. Incrédulo, expresó su admiración:
“De pronto nos encontramos frente a las ruinas de las más hermosas e interesantes estructuras de la antigua América, hechas de granito blanco, con bloques de tamaño ciclópeo, más altos que un hombre, la vista de aquel templo me dejó hechizado.”
Bingham describe los templos:
“Cada uno constaba solo de tres muros y estaba abierto en su totalidad en uno de los lados. Las paredes del Templo Principal, finamente labradas, tenían cinco hornacinas en la parte alta en cada pared lateral y siete hornacinas en la parte posterior. Debajo de estas hornacinas había una gran piedra rectangular de un solo bloque, posiblemente un altar para sacrificios, pero que también servía como trono para las momias de los incas ya fallecidos, para ser allí adoradas. El templo no había sido techado para que el sol pudiera recibir las oraciones y alabanzas de las momias y sacerdotes.”
Bingham también encontró un monumental templo con tres grandes ventanas orientadas hacia la gran Plaza de Machu Picchu.
Excavación en el Templo Principal, Machu Picchu
Intentando comprender el simbolismo de este templo y su origen en Machu Picchu, Bingham especuló que esta región podría ser Tampu Toco, que significa “casa de ventanas”. Según la historia, este fue el refugio de la población indígena que huyó de las tribus bárbaras del sur.

Bingham se preguntó si Machu Picchu era en realidad Vilcabamba, la ciudad inca perdida, todavía no encontrada en ese momento. Desde la cual los incas, después de poner sitio al Cusco y derrotar a los españoles en Ollantaytambo, organizaron durante 40 años la resistencia armada de guerra de guerrillas.
Basó su hipótesis en crónicas como la del Fraile Agustino Antonio de la Calancha, quien menciona que dos frailes agustinos del convento de Pucyuara le pidieron al Inca Titu Cusi que le diera permiso para visitar esta ciudad donde vivían visitaron la ciudad donde vivían las Vírgenes Escogidas del Sol.
Durante tres días, el Inca y los religiosos caminaron hasta llegar a la supuesta ciudad de Vilcabamba, pero a los religiosos no se les permitió la entrada, para que no pudieran informar con detalle a los españoles sobre sus ritos y ceremonias.
La Vieja Vilcabamba era la ciudad más grande donde se practicaba la idolatría y donde vivían los profesores, hechiceros de abominaciones.
Bingham escribió:
“Hasta que podamos encontrar otras ruinas que queden en dirección al convento de Pucyuara, que correspondan a requisitos de una Universidad de idólatras, y un Centro Religioso importante que contiene en general a los Maestros y hombres, yo estoy inclinado a creer que Machu Picchu es la Vieja Vilcabamba.”
Bingham especulaba sobre Machu Picchu como un centro de aprendizaje, una posible universidad inca donde se formaban sacerdotes y sabios.
En 1876, el viajero francés Charles Wiener mencionó que en Ollantaytambo le hablaron de antiguas ruinas en Machu Picchu y Huayna Picchu, pero no exploró la zona.
Wiener citó un libro llamado “El brillante porvenir del Cusco”, publicado en 1848 por Fray Julián Bovo de Revello, que menciona el nombre de Huayna Picchu. Asimismo, otros extranjeros y residentes en Cusco, como Markham, Gobring, Berns y Cisneros, conocían la existencia de restos arqueológicos en la zona. También existían antiguos mapas que localizaban y nombraban Machu Picchu y Huayna Picchu.
En el año 1902, el agricultor cusqueño Agustín Lizárraga realizó una expedición a Machu Picchu acompañado de sus amigos Enrique Palma y Gabino Sánchez. Dejó una inscripción en el Templo de las Tres Ventanas que decía:
“Agustín Lizárraga 14 de julio de 1902.”
En su libro “Machu Picchu” (1964), el historiador peruano Luis E. Valcárcel escribió:
“El 24 de junio de 1911, el doctor Hiram Bingham, al frente de una expedición financiada por los Estados Unidos, reveló al mundo científico la existencia de Machu Picchu. Como sucede con todos los descubrimientos hubo precursores. En este caso, fueron personas sin preparación científica pero con la intuición de los hombres que tienen ante sus ojos el gran valor de lo que descubrieran, sobre todo, la cabal apreciación de su trascendencia para el hombre americano.”
Bingham llegó a Machu Picchu en junio de 1911 buscando la legendaria Vilcabamba, guiado por el niño campesino peruano Pablo Richarte, quien conocía bien el lugar. Irónicamente, Bingham se hizo famoso, mientras que Pablito quedó en el olvido, si no fuera por las fotografías en las que aparece junto al sargento Carrasco, como en la imagen del Intihuatana de Machu Picchu.

Machu Picchu, Frontera de la Selva, el uso de la Coca Hoja Sagrada de los Incas
Machu Picchu se encuentra estratégicamente situada en el acceso a la selva, rodeada de imponentes nevados, cordilleras y una densa vegetación tropical. En esta región habitaban los temidos Antis, guerreros expertos en el uso del arco y la flecha, conocedores de plantas venenosas con las que impregnaban sus proyectiles. En un principio, fueron enemigos de los incas, pero con el tiempo se convirtieron en sus aliados, como ocurrió durante la batalla de Ollantaytambo.
La construcción de Machu Picchu no solo respondió a la necesidad de defenderse de posibles invasores, sino también a la intención de fortalecer la expansión política y económica del Imperio Inca. La ciudadela jugó un papel clave en el comercio con la selva, facilitando el intercambio de productos tropicales como frutas, madera, animales exóticos, plumas ornamentales y, sobre todo, la hoja sagrada de la coca. Este cultivo, exclusivo de las regiones cálidas de la vertiente oriental de los Andes, era altamente valorado por los incas, quienes establecieron asentamientos en estas tierras para garantizar su producción de manera continua.
La zona escogida por su clima favorable para el cultivo de la mejor hoja de coca estaba situada en lo que hoy se conoce como el Valle de la Convención, cerca de la ciudadela de Machu Picchu, donde todavía se cultiva este arbusto.
Era considerada una planta sagrada por los incas, y solo podían mascarla los reyes y la nobleza en ceremonias religiosas. No existía ningún ritual donde no estuviera presente como ofrenda y sacrificio. Se quemaba en oblación, y su consumo estaba prohibido para el pueblo sin un permiso especial.
El significado ritual y sagrado de la hoja de coca se manifestó cuando el Inca Pachacútec ordenó ampliar el santuario de Copacabana con gran magnificencia. Sin embargo, el Inca consideró que solo le faltaba una planta de coca como adorno para la grandeza de este gran templo solar.
Debido al clima frío del lugar (Lago Titicaca, a 3812 m.s.n.m.), resultó imposible cultivarla, ya que crecía débil y raquítica. Finalmente, el Inca abandonó la idea, pues la coca es un cultivo tropical que solo crece en abundancia en las selvas cercanas a Machu Picchu.
De todas las plantas y frutos de la tierra, la Hoja Sagrada de la Coca era la más valorada por los incas. La ofrecían de diversas maneras:
1. en ocasiones, quemaban las hojas enteras;
2. otras veces, tras masticarlas y extraer su jugo, las sacrificaban a la Pachamama, derramando sobre ella coca, chicha y otros productos.
Especialmente durante la época de arar, sembrar y cosechar, los incas bebían chicha, mascaban coca, bailaban y cantaban.
Machu Picchu – un largo trayecto en tren de un día de duración
Si tu tiempo es limitado, quizá la mejor opción es ir y volver de Cusco en el mismo día. El viaje es largo. Te recogen a las 5:30-6:00 en Cusco si lo organizas a través de agencia y, que debido a la limitación de entradas del santuario y la complejidad de ir al destino ida y vuelta en un mismo día, es más que recomendable acudir a profesionales.


Después de recogerte a primera hora, te trasladan a la estación de tren de Poroy o Wanchaq, y de ahí tienes un trayecto de 3 horas largas (pasando por Ollantaytambo, entre otros) al pueblo de Aguascalientes, enclave base para acceder al santuario inca. Desde ahí, necesitas otro ticket para que, después de esperar una fila kilométrica, uno de los cientos de autobuses te lleve a la montaña en un tránsito de 20 minutos, donde te espera el guía de Machu Picchu. Las horas de acceso están marcadas en tu entrada a la maravilla del mundo, que consta de un recorrido prefijado y dos horas de duración. De esta manera intentan optimizar el número de visitas, de forma sostenible, evitando masificaciones, ya que los caminos dentro de Machu Picchu son estrechos.


Para ver realmente bien la ciudad, deberías quedarte dos días, enlazando varios de los circuitos establecidos, sin embargo, con el que hicimos nosotros, nos llevamos una muy buena idea del enclave y acabamos satisfechos.
Una vez realizado el recorrido, vuelves a bajar a Aguascalientes donde te dan el almuerzo y te destinas a la estación para volver a Cusco y llegar sobre las 21:00-22:00 de la noche.
Para evitarte la paliza de estar 6-7 horas en tren durante el mismo día, hay viajeros que prefieren pernoctar en Aguascalientes, o a mitad de camino en Ollantaytambo.
Para los más valientes y los que disponen de más tiempo, el Camino del Inca es una gran opción. El Camino del Inca es una antigua red de senderos construida por los incas para conectar su imperio. Uno de los tramos más famosos es el relevante en este contexto que conduce a Machu Picchu, un recorrido de aproximadamente 43 km que atraviesa paisajes andinos, bosques nubosos y sitios arqueológicos incas. Este camino, utilizado originalmente para ceremonias y comunicación entre ciudades, hoy es una de las rutas de senderismo más emblemáticas del mundo. Se necesita un permiso especial para recorrerlo y, por lo general, se completa en cuatro días, finalizando con el espectacular amanecer sobre la Puerta del Sol (Inti Punku), la entrada a Machu Picchu. Por el camino, apenas hay alojamientos básicos por lo que es un sendero complicado para aquellos que buscan comodidad. Los que buscan aventura es una travesía que colmará sus expectativas, por lo que espero hacerlo la próxima vez que vaya.
Machu Picchu y sus sectores, descripción general
En las principales ciudades incas, la planificación combinaba el ámbito rural y urbano con una visión funcional y una cosmovisión político-social y religiosa. Machu Picchu era un complejo que abarcaba múltiples aspectos: económicos, sociales, militares, religiosos, arquitectónicos, administrativos, siguiendo el modelo inca de organización espacial.

La ciudad fue edificada en las montañas, siguiendo el modelo inca de integrar las construcciones con la geografía, lo que le otorgaba protección natural. Su ubicación en plena Selva Alta dificultaba el acceso, lo que hacía de Machu Picchu un sitio prácticamente inexpugnable en caso de ataque.
Además, su elección fue influenciada por la cercanía al acceso estratégico de Vilcabamba, así como por su altitud (2350 m.s.n.m.), que mantiene el clima templado y evita enfermedades propias de los valles. La ciudad se encuentra flanqueada por montañas sagradas, como el Apu Salkantay (6271 m.s.n.m.) y el Apu Ausangate (6372 m.s.n.m.), consideradas de gran significado espiritual.
En la actualidad, estas montañas siguen siendo objeto de veneración en ceremonias andinas. Su ubicación también guarda relación con la veneración del Señor de Qoyllority (una adoración local de Jesucristo), cuya tradición persiste hasta hoy.
Machu Picchu, o como hemos visto anteriormente que significa montaña vieja, tenía una marcada conexión con la vida rural, lo que se refleja en su relación con la agricultura y los canales de riego. Esta interconexión se evidencia en la existencia de un sector agrícola con andenes escalonados, donde se cultivaban productos esenciales como maíz, coca y papa, ajíes, además de otras especies vegetales de la región. También existían fuentes y acueductos que garantizaban el abastecimiento de agua.
El sector rural se complementaba con el área urbana, conformada por templos, palacios, adoratorios, plazas, observatorios astronómicos y puestos de vigilancia.
Entre las construcciones más destacadas de Machu Picchu se encuentran:
- El Templo del Sol
- El Templo de las Tres Ventanas
- El Templo del Cóndor
Estos monumentos permiten comprender la importancia cultural y religiosa de Machu Picchu. Cabe destacar que Machu Picchu es un enclave construido sobre una cantera de piedra, por lo que la construcción con este material fue posible por la cercanía y la accesibilidad del mismo. En caso de que en la base de la montaña no se hubiera encontrado piedra, Machu Picchu no existiría.

Sector agrícola
Este sector se ubica en el ingreso de Machu Picchu y está conformado por almacenes o colcas, situados cerca de los sembríos para guardar la producción agrícola, herramientas y utensilios domésticos.

El terreno presenta piedras irregulares ubicadas en las laderas de la montaña, con el fin de estabilizar el suelo y evitar deslizamientos. Los andenes poseen una altura de 3.50 m y un ancho de 3.20 m, conectados entre sí por acueductos y escalinatas.


Su función principal era abastecer de alimentos a la ciudad y, al mismo tiempo, cultivar plantas de uso ritual como el maíz, la coca y el ají.
Casa del guardián
Está situada en la parte más alta de la ciudad de Machu Picchu, sobre el sector agrícola. Su propósito era vigilar visualmente el acceso a la ciudad inca y supervisar tanto las zonas agrícolas como las urbanas.
Desde esta posición estratégica, se puede observar una vista panorámica de toda la ciudad y la entrada del Camino Inca.
Este edificio está conformado por tres paredes, y en la pared central destacan tres amplias ventanas, que permitían ver con facilidad el ingreso a la ciudad a través del Camino Inca, la única vía de comunicación con el exterior.

También es posible notar el método de construcción de los incas, quienes techaban sus casas utilizando un sistema de vigas cruzadas, unidas con tientos de llama y un entramado de paja ichu, material altamente resistente. De todas formas, lo que otrora tenía techos de paja ahora no tienen tejado porque la paja no ha aguantado el paso del tiempo.

Templo del Sol
Se trata de un torreón semicircular finamente tallado, asentado sobre una gran roca pulida que le sirve de base, lo que demuestra la destreza de los constructores incas al nivelar las estructuras con precisión.
En su interior se pueden observar varias hornacinas, utilizadas para colocar objetos religiosos. En el suelo destaca una gran piedra pulida, que posiblemente sirvió como altar ceremonial.
El torreón posee tres ventanas, de las cuales dos son más pequeñas y parecen tener un propósito astronómico.
- 1. Durante el solsticio de invierno (21 de junio), el primer rayo del sol ingresa al templo, alineándose con precisión en la hendidura de una roca en el piso, lo que refuerza su función de altar.
- 2. En el solsticio de verano (21 de diciembre), ocurre un fenómeno similar, con la luz entrando por una ventana que da hacia la Casa de la Ñusta.
- 3.Otra de sus ventanas es conocida como “Ventana de las Serpientes”, ya que en su base se encuentran agujeros tallados, los cuales se cree que fueron nidos de serpientes sagradas.
Este conjunto arquitectónico es considerado una de las construcciones mejor logradas de Machu Picchu. Su diseño guarda un gran parecido con el Templo del Sol de Cusco, Coricancha, lo que no es casualidad, ya que los incas veneraban al Sol (Inti) como su Dios supremo. Por esta razón, en todo el imperio se encontraban adoratorios dedicados a su culto.


Mausoleo Real
Se encuentra justo debajo del Templo del Sol o Torreón. Es una especie de caverna, parcialmente tallada en la misma roca del cerro. En la entrada, se distingue una piedra con un signo escalonado, característico de la simbología religiosa inca. En su interior, hay hornacinas trapezoidales de gran tamaño, lo que llevó a Hiram Bingham a suponer que este era un mausoleo sagrado, destinado a la veneración de momias de la nobleza inca.
Plaza Sagrada
Este conjunto está formado por tres estructuras fundamentales:
- 1.El Templo de las Tres Ventanas;
- 2.El Templo Principal; y
- 3.La Habitación de los Sacerdotes Incas
Todos estos espacios estaban destinados a la realización de ceremonias y ritos mágico-religiosos.
La Habitación de los Sacerdotes
Ubicada frente al Templo Principal, cuenta con dos puertas y en su interior presenta nueve hornacinas. Aquí, los sacerdotes incas se reunían para preparar sus ceremonias.
Existían dos tipos de sacerdotes:
1.Los Orejones, miembros de la élite inca y descendientes directos de la nobleza, quienes realizaban los rituales más importantes; y
2.Sacerdotes de etnias asimiladas, encargados de oficiar ceremonias secundarias de menor importancia.
Templo Principal
Este recinto tiene tres paredes finamente labradas. Las paredes laterales cuentan con cinco hornacinas a cada lado, mientras que en la pared principal se pueden ver siete hornacinas, utilizadas para albergar objetos de culto religioso.

En el lado derecho del altar, se puede notar que el muro presenta una inclinación pronunciada, atribuida a la erosión del terreno provocada por la acumulación de agua de lluvia a lo largo de siglos, antes de su redescubrimiento en 1911.
Bajo las hornacinas, se encuentra una gran piedra rectangular, donde se cree que se depositaban las momias de los incas, sirviendo como altar de adoración.
La construcción nunca tuvo techo, ya que, según Hiram Bingham, esto permitía que el Dios Sol (Inti) recibiera directamente las oraciones de los sacerdotes y las momias de los incas al amanecer.
Durante sus excavaciones, Bingham encontró una capa de arena marina en el suelo del templo, un material que, según los cronistas españoles, también fue usado en la Plaza del Huacaypata (actual Plaza de Armas de Cusco).
Templo de las Tres Ventanas
Las tres ventanas de este templo representan la cosmovisión andina, como hemos visto anteriormente, el Hanan Pacha (mundo de arriba), el Kay Pacha (mundo terrenal) y el Uku Pacha (mundo de abajo).
Estas son las ventanas más grandes de todo el santuario de Machu Picchu.

Dentro del recinto, se encuentra una piedra escalonada tallada, que es un símbolo característico de la religión inca. Todas las construcciones de los incas tenían una simbología espiritual, trascendiendo lo meramente funcional.
En el frontal del templo, hacia la Plaza Principal, se encuentra una estructura pétrea con la imagen de un puma echado, un animal totémico inca, que representa el Kay Pacha (mundo terrenal).

Se distingue claramente la oreja, cabeza, cuerpo, patas y cola del puma, un símbolo mítico que, en posición echada, representaba la ciudad imperial del Cusco, la cual fue diseñada con la forma de un puma recostado.
Intihuatana
Se accede a este conjunto a través de una escalera de 78 peldaños finamente tallada.
El término Intihuatana significa “el lugar en que se amarra el sol” y está ubicado en la parte más elevada de una colina, rodeado de andenes, lo que le da un aspecto piramidal.
Se trata de una roca tallada, de la cual sobresale un prisma cuadrangular. Su principal función era la de reloj solar, permitiendo medir el tiempo con gran precisión y registrar los ciclos agrícolas, fundamentales para la vida en el imperio inca.


Uno de los aspectos más llamativos de esta construcción es que no fue trasladada hasta este sitio, sino que fue esculpida directamente en la roca madre de la colina.
En el suelo, cerca del Intihuatana, se puede ver una piedra tallada con la forma de un cuy (o conejo de los Andes).
Desde el Acllahuasi o Casa de las Vírgenes del Sol, la pirámide del Intihuatana proyecta la imagen de un felino echado de gran tamaño, donde se pueden distinguir su oreja, cabeza, ojo, hocico y cuerpo. También se observan dos extremidades delanteras y traseras, orientadas hacia la Plaza Principal del Santuario.
Roca Sagrada
Se encuentra ubicada en medio de dos Huayranas, que eran lugares de descanso antes de la subida al cerro Huayna Picchu.
Tiene una altura aproximada de tres metros y una base de siete metros.
Sus bordes han sido tallados de manera que imitan la silueta del Apu Yanantin, la montaña que se encuentra justo detrás de la roca sagrada. A esta roca también se le atribuyen propiedades energéticas, por lo que es común que en la actualidad muchas personas realicen rituales en este lugar para cargarse de energía positiva.


Huayna Picchu
Se eleva a 2,750 metros sobre el nivel del mar.
En la cima se pueden apreciar andenes, un recinto que probablemente fue un templo y un observatorio astronómico. Además, existe un puesto de vigilancia, ya que desde este punto se puede observar toda la ciudadela de Machu Picchu y el valle del Río Vilcanota.


Templo del Cóndor
En este conjunto arquitectónico se puede apreciar una gran configuración de varias rocas que forman la imagen de un cóndor con las alas abiertas en pleno vuelo.
En la parte frontal del monumento, se distingue una escultura triangular de piedra tallada, que representa el cuerpo del cóndor, con un diseño abstracto que sugiere la cabeza, el pico y el collar de plumas blancas de esta majestuosa ave.
En la parte superior, se observan tres nichos, donde se cree que eran depositados los cuerpos momificados de la nobleza inca. En las esquinas, se pueden notar los espacios donde se ataban las momias para ser veneradas en ceremonias religiosas.
Barrio de los Morteros
Dentro de este complejo, existe una habitación que, en su parte central, contiene dos monolitos de piedra tallados con forma de morteros.

Hiram Bingham denominó este sitio como la Zona Industrial de Machu Picchu, pues consideró que aquí se realizaban tareas artesanales y productivas.
También se encontraron grandes cantidades de arcilla, material que se utilizaba para la elaboración de cerámica con fines ceremoniales y utilitarios. Otra teoría sugiere que estos morteros eran llenados con agua, funcionando como un espejo astronómico, reflejando los movimientos de los astros durante la noche.
Esta diversidad de funciones refuerza la idea de que Machu Picchu fue un santuario multifuncional.
Machu Picchu, Maravilla del Mundo
Machu Picchu supera las expectativas y refleja el increíble ingenio de la civilización inca, que, a pesar de contar con recursos limitados y una tecnología menos avanzada en comparación con Europa, logró construir una ciudad monumental. Su entorno selvático, combinado con la arquitectura y la cultura inca, ofrece una experiencia única, donde la naturaleza y la historia se entrelazan en un recorrido lleno de aventura. Todo esto convierte a Machu Picchu en un destino completo, capaz de brindar una sensación de plenitud a quienes lo visitan.

A continuación Un Día en la Montaña de Colores.