Buscando un lugar diferente para hacer un viaje de verano, nos decidimos por descubrir este maravilloso archipiélago. En particular, queríamos buscar un cierto contraste al viaje que realizamos a Maldivas un año antes. Seychelles y Maldivas son dos paraísos índicos, destino ideal para cualquier viajero que busca un cielo en la tierra, sin embargo, lo que ofrecen al viajero son dos propuestas totalmente diferenciadas.

Maldivas es la isla resort por excelencia. Playas y aguas cristalinas y calmadas. Un atolón donde la rutina dentro de lo paradisíaco es la tónica general. Podrás disfrutar del mejor bufé de tu vida con carnes inigualables o el atún más fresco, cuando los proveedores de alimentos pueden encontrarse a cientos de kilómetros a la redonda. Podrás también hacer esnórquel todos los días, o disfrutar de hacer windsurf o paddle surf, en las tranquilas aguas que recoge el atolón. Sin embargo, prácticamente no hay nada más que hacer, y pasado unos días no hay una nueva propuesta que rompa con tu rutina. Es un lugar ideal para desconectar y no pensar demasiado.

En Seychelles es obvio que hay resorts, pero la propuesta es distinta. Es África, y parte de esa África salvaje ha saltado a estas islas. Podrás recorrer islas más grandes, hacer trekkings moderados gracias a su carácter montañoso, probar mayor variedad de playa, e incluso saltar entre islas con propuestas radicalmente distintas. En Praslin, por ejemplo, podrás conocer el Coco de Mer. En otras islas más pequeñas podrás conocer la tortuga gigante de Aldabra, y en Mahe, por ejemplo, podrás relajarte en una terraza con vistas mientras bebes un ron destilado Takamaka. También podrás conocer la capital más pequeña del mundo, Victoria, en honor a la Reina Victoria de Inglaterra.
La historia de las Islas Seychelles: del paraíso desconocido a nación independiente
Los orígenes: un archipiélago sin habitantes
Durante siglos, las islas Seychelles permanecieron vírgenes y deshabitadas. Los marineros árabes fueron probablemente los primeros en avistarlas, seguidos de navegantes persas y más tarde europeos en sus rutas hacia Asia. Sin embargo, hasta el siglo XVII no se documenta su presencia en mapas. El aislamiento geográfico hizo que la naturaleza permaneciera intacta, con una biodiversidad única que aún hoy sorprende a viajeros como nosotros.
Llegada de los europeos y colonización francesa
En 1502, el explorador portugués Vasco da Gama divisó el archipiélago en su viaje hacia la India. Sin embargo, fueron los franceses quienes, en 1756, reclamaron oficialmente las islas para la Corona. Les dieron el nombre de “Seychelles” en honor a Jean Moreau de Séchelles, ministro de Finanzas de Luis XV.
Durante esta etapa, los franceses comenzaron a poblar las islas con colonos, esclavos africanos y trabajadores de la India, estableciendo plantaciones de canela, vainilla y coco. La mezcla de culturas sentó las bases de la actual identidad criolla. Muy interesante para entender esta parte de la historia, se recomienda visitar el museo de Historia Natural de Victoria, en Mahe.

El dominio británico
En 1814, tras las guerras napoleónicas, las islas pasaron a manos del Imperio británico mediante el Tratado de París. Bajo dominio británico, Seychelles se desarrolló como colonia agrícola, exportando principalmente coco, especias y copra. La abolición de la esclavitud en 1835 marcó un punto de inflexión: muchos ex-esclavos permanecieron en las islas, contribuyendo a la riqueza cultural y lingüística del archipiélago.
A finales del siglo XIX, Seychelles era ya un crisol de etnias: africanos, europeos, indios, chinos y árabes convivían en un espacio reducido, generando la cultura criolla que hoy caracteriza al país.
Camino hacia la independencia
El siglo XX trajo consigo cambios sociales y políticos. Seychelles fue colonia de la Corona británica hasta 1976, cuando finalmente obtuvo su independencia y se convirtió en una república dentro de la Commonwealth. Su primer presidente fue James Mancham, aunque poco después un golpe de Estado llevó al poder a France-Albert René, quien instauró un sistema socialista de partido único que se mantuvo durante décadas.
Seychelles en la era moderna
En los años 90, Seychelles transitó hacia un sistema multipartidista, abriéndose al turismo internacional como principal motor económico. Hoy en día, además de ser uno de los destinos más deseados del mundo, el país apuesta por el turismo sostenible y la protección de su frágil ecosistema.
La nación mantiene estabilidad política y social, con una de las rentas per cápita más altas de África gracias al turismo, la pesca de atún y servicios financieros.
Una identidad marcada por la mezcla cultural
La historia de colonizaciones, migraciones y mestizajes ha hecho de Seychelles un país único en el Índico. El criollo seychellense no es solo un idioma, sino un reflejo de esa diversidad. La música, la danza moutya, las festividades religiosas y la gastronomía fusionan influencias francesas, africanas e indias, pero con un toque local inconfundible.
El contexto geográfico de Seychelles: un paraíso único en el índico
Un archipiélago de contrastes
Seychelles se encuentra en pleno océano Índico, a unos 1.600 km de la costa oriental de África y al noreste de Madagascar. Este archipiélago está formado por 115 islas que se dividen en dos grandes grupos:

- Islas graníticas interiores: donde se concentran la mayoría de la población y la vida turística. Aquí es donde se encuentran Mahé, Praslin y La Digue.
- Islas coralinas exteriores: más remotas y prácticamente vírgenes, como Aldabra (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) o Desroches.
Su ubicación en medio del Índico hace que Seychelles tenga un ecosistema único: arrecifes coralinos, selvas tropicales, montañas de granito y playas de arena blanca que parecen diseñadas para una postal.

El sello inconfundible: las rocas graníticas
A diferencia de muchos destinos del Icéano Índico, Seychelles no es de origen volcánico. Sus islas graníticas son las más antiguas del mundo, restos de un supercontinente que se separó hace millones de años.
Esa geología le da un paisaje inconfundible: enormes bloques de granito gris rosado que emergen directamente en la arena o el mar, creando un contraste espectacular con el turquesa del agua y el verde intenso de la vegetación. Este fenómeno es lo que convierte a playas como Anse Source d’Argent en La Digue en auténticos iconos del paraíso.
Las tres islas principales: Mahe, Praslin y la Digue
Aunque el archipiélago cuenta con más de un centenar de islas, el viajero suele centrarse en las tres principales:
- Mahé: la isla más grande, donde se encuentra la capital Victoria y el aeropuerto internacional. Combina playas como Beau Vallon con montañas cubiertas de selva en el Parque Nacional Morne Seychellois.
- Praslin: famosa por el Valle de Mai, Patrimonio de la Humanidad y hogar del misterioso coco de mer. También alberga playas reconocidas mundialmente como Anse Lazio.
- La Digue: más pequeña y tranquila, donde la bicicleta es el principal medio de transporte. Su estilo relajado y sus playas graníticas, como Anse Source d’Argent, la convierten en la isla más fotogénica.
Más allá de las tres grandes
Además de estas islas principales, existen muchas más joyas que conforman el encanto de Seychelles. Algunas son pequeños islotes privados con resorts de lujo (como el Six Senses); otras, como Aldabra, destacan por su naturaleza intacta y sus colonias de tortugas gigantes. El hecho de que muchas islas permanezcan deshabitadas mantiene viva la sensación de exclusividad y misterio.
La fauna y flora de Seychelles: un paraíso vivo en medio del Índico
Un ecosistema único en el mundo
Seychelles, aislado durante millones de años, ha dado lugar a un ecosistema que combina especies endémicas imposibles de encontrar en otro lugar del planeta. La mezcla de islas graníticas interiores y atolones coralinos exteriores crea hábitats muy diversos: bosques tropicales, manglares, arrecifes de coral y playas vírgenes.
Flora de Seychelles: el reino del Coco de Mer
La joya botánica del archipiélago es el Coco de Mer, una palmera endémica de Praslin y Curieuse que produce la semilla más grande del mundo, con forma de doble coco. Se encuentra en el Valle de Mai, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y ha alimentado leyendas durante siglos, ya que estas semillas enormes “navegaban” por el Índico llegando incluso a las costas de la India, haciendo que su origen fuera una incógnita durante cientos de años.

Otros ejemplos destacados de la flora son:
- Orquídeas endémicas, como la orquídea vainilla de Seychelles.
- Bosques de manglar que protegen las costas y sirven de refugio a aves y peces.
- Árbol del pan y canela, introducidos por los colonos, hoy parte del paisaje cotidiano.
Fauna de Seychelles: aves, peces y reptiles
La fauna terrestre y marina es igualmente impresionante:
- Aves endémicas como el papamoscas del paraíso de Seychelles o el loro negro de Praslin.
- Vida marina con más de 1.000 especies de peces tropicales, además de tiburones ballena, rayas y tortugas marinas.
- Reptiles como el gecko verde de Seychelles o el escinco de Wright, exclusivos de la región.
Las tortugas gigantes de Aldabra: las guardianas del tiempo
Si hay un animal que simboliza Seychelles son las tortugas gigantes de Aldabra. Este atolón, uno de los más grandes del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga la mayor colonia de tortugas gigantes del planeta: más de 100.000 ejemplares.

Las tortugas de Aldabra son descendientes de una especie antigua que desapareció en casi todo el mundo, pero que aquí sobrevivió gracias al aislamiento de las islas. Pueden vivir más de 150 años y alcanzar los 250 kg de peso, moviéndose lentamente entre la vegetación baja y los manglares.
En la isla de Curieuse y en parques de Mahé también es posible observarlas, aunque el espectáculo más puro sigue siendo Aldabra, casi inaccesible al turismo masivo, lo que garantiza su conservación.

Conservación y sostenibilidad
El gobierno de Seychelles ha hecho grandes esfuerzos por proteger su biodiversidad. Casi la mitad del territorio terrestre está declarado como reserva natural o parque nacional, y la pesca está regulada en muchas áreas para proteger arrecifes y tortugas marinas. Este compromiso con la sostenibilidad ha convertido a Seychelles en un ejemplo mundial de turismo responsable.
Un refugio natural gracias a su aislamiento
Durante siglos, las islas Seychelles permanecieron deshabitadas. Los navegantes árabes, persas y europeos las avistaron en sus rutas, pero nadie se estableció de manera permanente hasta el siglo XVIII. Esa ausencia de actividad humana prolongada permitió que la flora y fauna se desarrollaran sin la presión de la caza, la deforestación o la agricultura intensiva que en otros lugares del planeta llevaron a la extinción de especies únicas.
Este aislamiento ha sido clave para que hoy podamos encontrar en Seychelles, los comentados, entre otros, coco de mer, loro negro de Praslin o las propias tortugas gigantes de Aldabra. Otrora, las tortugas gigantes existían en el continente, pero debido, a la voracidad del homo sapiens, gran parte de la megafauna continental fue cazada y condenada a la extinción. Las tortugas gigantes se salvaron gracias a islas inhóspitas como las Seychelles o las Galápagos.
La condición de islas inhóspitas y remotas actuó como una cápsula del tiempo: lo que en otros lugares se perdió, aquí permaneció intacto.
Las tres playas más famosas de Seychelles
Si hay algo que define la esencia de Seychelles y la proyecta al mundo son sus playas, auténticas protagonistas de las postales que han convertido a este archipiélago en sinónimo de paraíso. Aunque estas islas esconden una historia apasionante, una cultura criolla vibrante y una naturaleza exuberante, lo que realmente ha marcado su identidad internacional son sus arenales de arena blanca enmarcados por aguas turquesas y rocas graníticas únicas en el planeta. En este artículo quiero detenerme en algunas de esas playas mundialmente famosas, que no solo han sido portada de revistas y escenarios de películas, sino que también representan el icono más reconocible de las islas: lugares donde la naturaleza parece haber alcanzado la perfección y que, con solo ver una imagen, evocan inmediatamente el nombre de Seychelles.

Anse Source d’Argent (La Digue)
Probablemente la playa más fotografiada del mundo, Anse Source d’Argent es el emblema de Seychelles. Ubicada en la isla de La Digue, dentro de la reserva de L’Union Estate, sorprende por su combinación inconfundible: arena blanca finísima, aguas poco profundas de color turquesa y enormes bloques de granito rosado que emergen como esculturas naturales.

El mar aquí es tranquilo gracias al arrecife que protege la bahía, lo que la hace ideal para nadar y hacer esnórquel sin olas. La vegetación tropical bordea la playa, con cocoteros que proyectan sombra natural. Además, los colores cambian a lo largo del día: al amanecer la luz es suave y dorada, mientras que al atardecer los contrastes se intensifican.
Es una playa fácilmente accesible a pie o en bicicleta, lo que refuerza la sensación de llegar a un paraíso escondido.
Anse Lazio (Praslin) 🏝️
Situada en la costa noroeste de Praslin, Anse Lazio es una de las playas mejor valoradas del planeta según viajeros y expertos. Su forma de media luna está delimitada por colinas cubiertas de vegetación tropical y rocas de granito que enmarcan sus extremos.

El agua es de un azul intenso y suele estar en calma, lo que la convierte en un lugar perfecto para nadar. A diferencia de otras playas poco profundas, aquí el mar tiene mayor profundidad cerca de la orilla, ofreciendo un escenario perfecto para hacer esnórquel junto a bancos de peces de colores y tortugas marinas. También hay que tener cuidado en días de oleaje ya que estas islas son salvajes y se encuentran en medio de un océano.
Beau Vallon (Mahé)
En la isla principal de Mahé se encuentra Beau Vallon, la playa más animada y accesible de Seychelles. Es una larga franja de arena clara bordeada por cocoteros, con aguas poco profundas y tranquilas, perfecta tanto para familias como para quienes buscan deportes acuáticos.

Aquí se concentra buena parte de la vida social de Mahé: desde puestos locales de comida criolla hasta hoteles, bares y actividades como kayak, paddle surf, buceo o incluso parasailing. A diferencia de las playas más aisladas, en Beau Vallon siempre hay ambiente, especialmente los fines de semana, cuando los locales se mezclan con los turistas.
Más allá de las playas: senderismo, té y gastronomía en Seychelles
Rutas de senderismo: la Seychelles más salvaje
Montañas y relieve en las islas interiores
En las islas principales –Mahé, Praslin y La Digue– el relieve es montañoso, con cumbres que se elevan directamente desde la selva tropical hasta más de 900 metros de altitud en pocos kilómetros desde la costa.
- El punto más alto es el Morne Seychellois (905 m), en Mahé, dentro del parque nacional homónimo.
- En Praslin y La Digue las montañas son más bajas, pero igualmente escarpadas, cubiertas de bosques húmedos y palmerales.
Este relieve abrupto explica por qué muchas playas están enmarcadas entre colinas y grandes bloques de granito que caen hasta el mar, dando esa imagen inconfundible que no tienen ni Maldivas ni Mauricio.
Esto facilita que Seychelles también sea un destino de montaña y selva. Sus islas graníticas esconden rutas de trekking espectaculares:
- Morne Blanc Trail (Mahé): un sendero de 2 horas de ascenso a través del Parque Nacional Morne Seychellois. El premio es un mirador panorámico que se abre al océano Índico con una de las vistas más impresionantes de Mahé.
- Copolia Trail (Mahé): más accesible, con apenas 45 minutos de caminata. Lleva a una meseta de granito desde donde se ve Victoria y las islas del este. La vegetación incluye palmeras endémicas y orquídeas.
- Anse Major Trail (Mahé): una ruta costera de unas 2 horas que combina selva y mar, terminando en una playa escondida a la que solo se puede llegar a pie o en barco.
- Valle del Mai Trail (Praslin): cruza bosques tropicales pudiendo conocer de cerca la semilla más grande del mundo.

El té de Seychelles ☕
En Mahé, en la región montañosa de Morne Seychellois, se cultiva un té que se ha convertido en uno de los productos típicos del país: el Seychelles Tea, elaborado por la Seychelles Tea Factory en Port Glaud.

- Fundada en los años 60, esta fábrica produce té negro, verde y aromatizado con vainilla o limón.
- Además de ser un producto local, se puede visitar la plantación y hacer un tour donde se explica todo el proceso, desde la recogida de la hoja hasta el envasado.
- Las montañas cubiertas de té ofrecen un paisaje muy diferente al de las playas, mostrando la otra cara del archipiélago.
Gastronomía criolla: un crisol de sabores
La cocina de Seychelles refleja la mezcla cultural de africanos, franceses, indios y chinos que han habitado las islas. Los platos son sencillos pero llenos de sabor, con el pescado y el marisco como base.
- Cari de pulpo: uno de los platos estrella, preparado con leche de coco, curry y especias.
- Grill de pescado fresco: desde atún hasta pargo, servido a la brasa en la playa con salsa criolla de tomate, cebolla y chile.
- Shark chutney: curioso plato local elaborado con carne de tiburón desmenuzada, limón y especias.
- Ladob: postre tradicional a base de plátano o batata cocinada con leche de coco, azúcar y canela.
- Atún fresco: los grandes caladeros de atún del mundo se encuentran relativamente cerca por lo que uno no debe perderse la oportunidad de comer el mejor atún del mundo.
- Vainilla y canela: omnipresentes en postres y bebidas, herencia de las plantaciones coloniales.

Y, cómo no, para acompañar, nada mejor que un vaso de ron Takamaka, el ron local de Seychelles, elaborado con caña de azúcar autóctona. Se produce en la destilería homónima, en Mahé, y es toda una institución nacional.

Seychelles vs Maldivas vs Mauricio: qué destino elegir primero
Para terminar, aunque ya hemos adelantado una comparativa entre Maldivas y Seychelles, me gustaría hacer un resumen rápido comparativo entre las islas paradisíacas del Índico, incluyendo Mauricio.
Similitudes entre Seychelles, Maldivas y Mauricio
- 🌴 Islas tropicales en el Índico → todas ofrecen playas de arena blanca, aguas turquesas y arrecifes de coral.
- 🐠 Fauna marina → snorkel y buceo con peces tropicales, tortugas y mantarrayas.
- 🌞 Clima cálido todo el año → temperaturas estables entre 24 °C y 31 °C.
- 🛏️ Turismo de lujo → resorts de categoría internacional, spas y experiencias exclusivas.
Seychelles vs Maldivas
- Maldivas: se caracteriza por resorts privados en islotes diminutos. Perfecto para una luna de miel íntima, pero con poca vida fuera del hotel. No hay casi contacto cultural porque la mayoría de islas habitadas están fuera del circuito turístico.
- Seychelles: combina playas paradisíacas con naturaleza exuberante y cultura criolla. Puedes recorrer varias islas (Mahé, Praslin, La Digue) y descubrir selvas, montañas y pueblos locales. Es un destino más variado y con más actividades fuera del resort.
👉 Diferencia clave: Maldivas = exclusividad absoluta en el resort. Seychelles = equilibrio entre playas, cultura y naturaleza.

Seychelles vs Mauricio
- Mauricio: más grande y con un turismo muy desarrollado. Tiene buenas playas, pero también grandes resorts, ciudades, campos de caña de azúcar y mucho más ambiente urbano. Es ideal si buscas vida nocturna, golf, excursiones organizadas y mezcla cultural.
- Seychelles: es más salvaje y menos masificado. La experiencia es más íntima, con paisajes de postal y sensación de paraíso virgen.
👉 Diferencia clave: Mauricio = comodidad y ambiente cosmopolita. Seychelles = naturaleza preservada y autenticidad.
Qué diferencia realmente a Seychelles 🌺
Lo que hace a Seychelles inconfundible frente a Maldivas y Mauricio son tres elementos:
- Sus rocas graníticas → esas formaciones rosadas que emergen del mar son únicas en el mundo, no volcánicas como en otras islas.
- Su biodiversidad → Patrimonios de la Humanidad como el Valle de Mai (Coco de Mer) y el Atolón de Aldabra (tortugas gigantes).
- El equilibrio perfecto → puedes disfrutar tanto del lujo de un resort como de experiencias locales: alquilar una bici en La Digue, visitar mercados en Mahé o caminar por selvas tropicales en Praslin.
