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Un día intenso en Mascate: historia, lujo y tradición en la capital de Omán

Un recorrido guiado por los tesoros de Mascate

Continuidad de Viajar a Omán: tradición, historia y hospitalidad en el corazón de Arabia.

Antes de adentrarnos en el interior del país y explorar las montañas, oasis y desiertos de Omán que veremos más adelante, dedicamos una jornada entera a descubrir los principales tesoros de su capital: Mascate, la capital de Omán.

Acompañados por nuestro respetuoso guía local Abdullah, salimos del cómodo y moderno Hotel Mövenpick, punto de partida ideal para adentrarnos en una ciudad extensa, costera, y profundamente marcada por la visión del sultán Qaboos.

La Gran Mezquita del Sultán Qaboos

Majestuosa, serena y luminosa. Así es la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, el templo más importante de Omán y uno de los más bellos del mundo islámico contemporáneo. Situada en las afueras de Mascate, este lugar de culto no solo es un centro religioso, sino también una joya arquitectónica que refleja la visión del sultán Qaboos de un país moderno, pero profundamente arraigado en su tradición espiritual.

Visitarla es una experiencia que despierta los sentidos: el frescor del mármol bajo los pies, el olor a incienso, el silencio respetuoso, la luz natural que atraviesa sus cúpulas, entre otras maravillas. Mi madre y yo nos quedamos asombrados con la espectacular mezquita que teníamos delante, sin haber escuchado nunca nada de ella con anterioridad.

Un regalo del sultán a su pueblo

La mezquita fue un encargo directo del sultán Qaboos bin Said, quien quiso dotar al país de un lugar emblemático que simbolizara la unidad del islam en Omán y acogiera tanto a fieles como a visitantes de todo el mundo. La construcción comenzó en 1995 y duró seis años. Fue inaugurada en 2001.

Desde entonces, se ha convertido en uno de los grandes orgullos nacionales, un lugar de oración para miles de omaníes y un destino imprescindible para todo viajero que pase por Mascate.

Cifras que impresionan

  • Tiene capacidad para más de 20.000 fieles (entre 6.000 y 8.000 fieles en la sala principal de oración, el resto en patios y galerías).
  • Dispone de cinco minaretes, uno por cada pilar del islam, el minarete principal alcanza aproximadamente los 100 metros de altura.
  • El tapiz persa de la sala de oración principal mide 4.263 m² y pesa 21 toneladas. Fue tejido a mano durante cuatro años por más de 600 tejedoras en Irán.
  • La araña central, de estilo Swarovski, tiene 14 metros de altura, 3.122 bombillas, está fabricada en oro y cristal, y hasta 2010 fue la más grande del mundo en una mezquita.

Arquitectura que fusiona tradición e innovación

Su diseño aúna tradición y modernidad, con influencias indias, uzbekas e islámicas clásicas.

Todo está cuidado al detalle: mármol de Carrara en las paredes, madera de Birmania tallada y más de 5 millones de mosaicos decoran el conjunto.

La Gran Mezquita del Sultán Qaboos combina estilos islámicos clásicos, estilos indios e uzbekos, entre otros, con una estética moderna y sobria. Fue construida con más de 300.000 toneladas de arenisca rosácea de la india, y cada detalle ha sido diseñado con mimo: arcos caligráficos, columnas ornamentadas, mármol blanco de Carrara reluciente y patios rodeados de jardines meticulosamente cuidados, donde flores y arbustos enmarcan senderos de mármol blanco.

El edificio se divide en varias zonas:

  • Sala principal de oración (para hombres): cubierta por una gran cúpula central, es amplia, luminosa y está dominada por el tapiz y la araña colgante.
  • Sala de oración femenina: más pequeña, pero igualmente hermosa, con capacidad para 750 personas.
  • Biblioteca: con más de 20.000 volúmenes, abierta al público.
  • Jardines y galerías exteriores: ofrecen sombra, bancos y vistas espectaculares para pasear con calma.

Reglas y etiqueta para la visita

Aunque es un lugar de culto, los no musulmanes pueden visitarla libremente en horario específico y es muy bienvenida la visita respetuosa. Es fundamental tener en cuenta:

  • Horario para no musulmanes: de 8:00 a 11:00, de sábado a jueves. Los viernes está cerrada para el turismo.
  • Vestimenta: los hombres deben llevar pantalón largo; las mujeres deben cubrir brazos, piernas y cabello (pueden llevar un pañuelo propio o solicitar uno en la entrada).
  • Entrada: gratuita.
  • Fotografía: permitida, pero siempre con respeto. Se debe evitar tomar fotos a personas que estén rezando.

Cómo llegar

  • Ubicación: entre los barrios de Ghubrah y Bawshar, en la carretera principal de Mascate (Sultan Qaboos Street).
  • Acceso: en coche privado, taxi o excursión guiada. Hay aparcamiento amplio y gratuito.
  • Duración recomendada: al menos 1,5 horas para disfrutarla sin prisas y pasear también por los jardines.

Una experiencia que deja huella

Visitar la Gran Mezquita del Sultán Qaboos no es solo un paseo cultural: es un encuentro con la espiritualidad, la hospitalidad y el refinamiento artístico de Omán. Pocos lugares en el mundo reúnen con tanta armonía la belleza arquitectónica, la devoción religiosa y el respeto por el visitante.

Un dato de las costumbres musulmanas

Nuestro guía nos explicó que los musulmanes están llamados a rezar cinco veces al día, pero que hay excepciones: si uno está a más de 15 km de su lugar habitual puede reducir las oraciones a tres. A las mujeres se les concede aún más flexibilidad por motivos como embarazo o salud, lo cual no implica perder méritos espirituales.

La Fábrica de Perfumes Amouage

A continuación, visitamos la sede de Amouage, una de las casas de perfumes más exclusivas del mundo. Fundada en 1983 por orden del sultán Qaboos para reflejar el lujo omaní, Amouage mezcla tradición árabe con técnicas francesas e indias. Sus fragancias se elaboran con ingredientes como incienso, mirra, rosa de Damasco, almizcle, ámbar y sándalo, todos de la más alta calidad.

En la entrada, un espacio expositivo muestra materias primas y aceites esenciales, entre ellos el famoso Attar, utilizado tradicionalmente en la cultura árabe. Después nos adentramos en el área de producción, donde pudimos ver las salas donde se destilan y mezclan los perfumes. La visita termina en una tienda lujosa donde una especialista nos guió entre aromas intensos, florales y orientales, explicando las notas de cada fragancia. Es una visita imprescindible para los amantes de los perfumes de autor.

Mutrah y su souq histórico

Desde Amouage tomamos la carretera 1 hasta Mutrah, uno de los barrios más vibrantes y auténticos de Mascate. La ciudad, a diferencia de otras capitales, está dispersa a lo largo de varios kilómetros de costa para suavizar el calor del desierto interior.

Mutrah es una zona portuaria de gran importancia histórica, donde se encuentra uno de los zocos más antiguos del Golfo Pérsico. El Mutrah Souq es un laberinto de callejones cubiertos con techos de madera, perfumado con incienso, especias y perfumes. Allí se pueden encontrar desde ropa tradicional, joyería, objetos de plata, bolsos, alfombras, relojes, hasta recuerdos y souvenirs. Visitamos también el zoco del oro, donde destacan collares y brazaletes de alto valor elaborados artesanalmente. Yo aproveché a comprar una máscara de influencia africana (i.e. Zanzíbar) para mi pequeña colección de máscaras exóticas.

Paseamos luego por la Mutrah Corniche, el paseo marítimo que bordea la bahía y conecta Mutrah con la ciudad vieja de Mascate. Antiguamente, este camino era un paso de montaña empedrado y empinado. Hoy, la Corniche es ideal para caminar entre palmeras, miradores y pequeñas mezquitas junto al mar.

Mascate viejo y el Palacio del Sultán

Nuestra siguiente parada fue el Palacio de Al Alam, con su fachada azul y dorada, que parece surgida de un cuento oriental, este palacio es la residencia ceremonial del sultán y uno de los mayores orgullos arquitectónicos de Omán.

Aunque no está abierto al público, su elegante exterior y su entorno monumental lo convierten en una visita imprescindible para cualquier viajero que desee sumergirse en la cultura y la historia del sultanato.

Un palacio con más de 200 años de historia

La palabra “Al Alam” significa la bandera, y este palacio ha sido durante generaciones un símbolo de la soberanía omaní. Sus orígenes se remontan a hace más de dos siglos, cuando se construyó un primer palacio en este mismo emplazamiento bajo la dinastía Busaidí. Sin embargo, el edificio actual fue reconstruido y rediseñado en 1972 por orden del sultán Qaboos bin Said, poco después de ascender al trono y comenzar su ambicioso plan de modernización nacional.

El nuevo diseño, aunque contemporáneo, mantiene una estética omaní, fusionando elementos islámicos, motivos árabes y líneas minimalistas que reflejan el carácter sobrio y refinado del país. En cierto aspecto recuerdan a los tonos más pastel que te puedes encontrar más al norte, en Irán y en Asia Central.

Una arquitectura que impresiona

Lo que más llama la atención del Palacio de Al Alam es su singular paleta de colores: columnas doradas, muros blancos inmaculados, detalles azul cobalto y un entorno perfectamente ajardinado. No es un palacio ostentoso al estilo de las monarquías europeas, sino una obra equilibrada, simbólica y cargada de intención política y estética.

Entre el mar y las montañas, el conjunto arquitectónico crea una estampa que hace que merezca la pena este viaje.

Función actual del Palacio de Al Alam

Aunque el sultán de Omán no reside aquí de forma habitual (la residencia privada está en otra zona), el Palacio de Al Alam se utiliza para recepciones oficiales, ceremonias diplomáticas y visitas de jefes de Estado. Es, por tanto, el rostro visible del poder y del protocolo omaní.

Los visitantes no pueden acceder al interior, pero pueden acercarse a los jardines frontales, caminar por el paseo de mármol que conduce a la verja principal y tomar fotografías con el espectacular telón de fondo del palacio y las montañas.

Entre el palacio del Al Alam y el palacio actual, el sultán decidió poner flores durante todo el camino, de hecho, parte de ese recorrido de flores se puede observar mientras caminas por la Corniche.

Fortalezas de Al Jalali y Al Mirani

Muy cerca se encuentran las fortalezas Al Jalali y Al Mirani, construidas por los portugueses en el siglo XVI. Ambas están situadas sobre colinas rocosas y flanquean el puerto natural de Mascate. Desde fuera, se aprecian sus cañones y torres blancas, y aunque no se pueden visitar por dentro, su silueta aporta un aire épico al conjunto urbano.

Aunque no pudimos visitarlos por falta de tiempo, merecen mención especial dos museos:

El Museo Nacional de Omán

Si hay un lugar donde se concentra toda la riqueza histórica y cultural del país, ese es sin duda el Museo Nacional de Omán, frente al mencionado palacio de Al Alam, siguiendo una amplia avenida. Inaugurado en 2016, este museo es mucho más que una galería de objetos antiguos: es un espacio moderno, elegante y didáctico que invita a comprender la identidad omaní desde sus raíces más profundas hasta la actualidad.

Este fue uno de los grandes proyectos impulsados durante el reinado del sultán Qaboos, quien soñaba con un lugar que recogiera la historia, el arte y la memoria de Omán de forma accesible para locales y visitantes. El resultado es una institución cultural de primer nivel, comparable con museos nacionales de Europa o Asia, pero con el toque sereno y acogedor que define al pueblo omaní.

Colecciones que narran 5.000 años de historia

El museo alberga más de 7.000 piezas distribuidas en 14 salas permanentes, organizadas de forma temática y cronológica. Entre las más destacadas están:

  • La sala de la Tierra y el Pueblo: ideal para empezar la visita, explica la geografía de Omán y la diversidad de sus comunidades tribales y regionales.
  • La sala de la Prehistoria y la Edad Antigua: muestra hallazgos arqueológicos de más de 5.000 años, incluyendo herramientas neolíticas, cerámicas y objetos del antiguo Magan, el nombre con que los sumerios conocían esta región.
  • La sala del Islam: dedicada al nacimiento y evolución del islam en la península y su particular desarrollo en Omán, donde predomina el ibadismo.
  • La sala de la Navegación Marítima: una joya para los amantes del mar, con modelos de dhows (barcos tradicionales), mapas antiguos y relatos de los navegantes omaníes que llegaron hasta China y África oriental.
  • La sala de las Relaciones Internacionales: narra los contactos históricos con Persia, Portugal, India, Zanzíbar y el mundo europeo.
  • La sala del Renacimiento: dedicada a la era moderna, con especial atención al periodo de transformación bajo el sultán Qaboos.

El Museo Bait al Zubair

No muy lejos del Museo Nacional de Omán, en una de las callejuelas más encantadoras del casco antiguo de Mascate, entre casas blancas, mezquitas y las murallas que protegen el puerto, se encuentra el Museo Bait Al Zubair. Este museo, gestionado por una fundación privada, es una joya escondida que ofrece una de las colecciones más personales, emotivas y completas sobre la vida y la cultura tradicional omaní.

Más que un museo, es una casa que preserva la memoria de una familia vinculada profundamente al devenir del país. Su visita es una experiencia íntima, lejos de los grandes recintos institucionales, y es ideal para quienes desean entender la Omán del día a día: sus trajes, sus armas, su arquitectura, sus rituales.

Una historia familiar hecha patrimonio

El Bait Al Zubair abrió sus puertas en 1998 como un proyecto de la familia Al Zubair, una de las más influyentes de Omán, que decidió compartir su colección privada con el público. Lo que comenzó como una casa-museo ha ido creciendo hasta ocupar varios edificios históricos del barrio de Al Saidiya.

El nombre “Bait” significa “casa” en árabe: una casa tradicional omaní restaurada con mimo, que alberga tesoros familiares cuidadosamente expuestos. El museo ha sido reconocido nacional e internacionalmente por su labor de preservación cultural y por su enfoque accesible y educativo.

Lo que puedes ver en Bait Al Zubair

El museo está dividido en varios edificios temáticos, conectados entre sí por jardines, patios interiores y senderos de piedra. Estos son algunos de los elementos más destacados:

  • Trajes tradicionales omaníes: cada región del país tiene sus propias prendas, y aquí se exhiben con detalle. Vestidos bordados, turbantes, túnicas, cinturones y bisutería completan una colección que parece sacada de un desfile de etnografía viva.
  • Daga omaní (khanjar): uno de los símbolos nacionales. Hay decenas de ejemplares con empuñaduras de marfil, plata y maderas nobles, decoradas con una artesanía exquisita.
  • Armas antiguas: rifles, espadas y herramientas de defensa utilizadas a lo largo de los siglos, muchas de ellas procedentes de la propia familia.
  • Mobiliario doméstico: desde cofres de madera labrada hasta utensilios de cocina, lámparas, herramientas agrícolas y juguetes tradicionales.
  • Filatelia, monedas y documentos: en una sala más moderna, se expone una colección de sellos omaníes, billetes antiguos y documentos históricos que dan contexto a la evolución administrativa del país.
  • Una casa omaní al aire libre: en el jardín se ha recreado una casa rural omaní, construida con materiales tradicionales. Incluye establos, una zona para camellos, un pozo y una torre defensiva, todo con elementos reales que hacen de esta visita un pequeño viaje en el tiempo.

Qurum Beach

De camino de vuelta hacia el hotel, pasamos por Qurum Beach, una de las playas más bonitas de la ciudad. Es un lugar muy popular para locales y visitantes, perfecto para ver el atardecer, caminar descalzo sobre la arena o tomar algo en una de las cafeterías cercanas. Apenas pudimos disfrutarla porque íbamos faltos de tiempo y se acababa de levantar una ventisca que hacía poco cómodo caminar por la misma.

La Ópera Real de Mascate

Nuestra última visita del día fue a la Ópera Real de Mascate, un impresionante edificio de mármol blanco omaní que combina estilos árabes y contemporáneos. Fue construida entre 2007 y 2011, e inaugurada como símbolo del impulso cultural del país. Con capacidad para 850 personas, cuenta con un escenario modular, un órgano de 50 toneladas y una acústica de altísimo nivel. Participamos en un mini tour de 30 minutos donde nos mostraron el vestíbulo, la sala de conciertos y las exposiciones temporales. El auditorio principal, ofrece una acústica impecable, comparable a los mejores teatros del mundo, y tiene la particularidad de poder adaptarse a diferentes formatos: ópera, ballet, teatro o conciertos sinfónicos.

Inaugurada en 2011 por deseo expreso del sultán Qaboos bin Said, este centro cultural no solo es el templo de la música clásica y tradicional omaní, sino también uno de los símbolos del renacimiento cultural del país.

Ubicada en el barrio de Shatti Al Qurum, a pocos minutos del mar, esta ópera es única en la región del Golfo: no solo por su programación de talla mundial, sino por cómo equilibra modernidad y tradición, integrando la esencia arquitectónica omaní en un espacio vanguardista.

Una visión del sultán Qaboos

Melómano apasionado, el sultán Qaboos soñaba con un espacio donde Omán pudiera dialogar con el mundo a través de la música. Fue él quien impulsó este proyecto con un propósito claro: mostrar que la cultura podía ser puente, no solo entre oriente y occidente, sino entre el pasado y el futuro de Omán.

Desde su apertura, la Ópera Real ha acogido a orquestas como la Filarmónica de Viena, el Ballet Mariinsky de San Petersburgo o la Royal Shakespeare Company, junto a conciertos de música árabe, iraní, africana e incluso jazz, promoviendo un intercambio artístico sin fronteras.

Qué puedes ver en la Ópera Real de Mascate

La temporada artística suele ir de septiembre a mayo e incluye:

  • Óperas clásicas (Verdi, Puccini, Mozart…)
  • Conciertos de orquestas internacionales
  • Espectáculos de danza tradicional omaní
  • Música árabe contemporánea
  • Ballet clásico y moderno

Hay que destacar que hicimos la visita en pleno Ramadán por lo que los espectáculos eran escasos, y se limitaban a piezas predominantemente islámicas.

Comida y Cena en Mascate para una intensa jornada

  • Almuerzo: Turkish House Restaurant, un clásico de Mascate. Probamos los calamares fritos y la langosta omaní a la parrilla, fresca y sabrosísima.
  • Cena:Bait al Luban, ubicado frente al paseo marítimo de Mutrah. Allí disfrutamos de comida tradicional omaní:
    • Shuwa: cordero marinado con especias cocinado bajo tierra durante horas.
    • Maqbous: arroz con azafrán y carne.
    • Mashuai: pescado a la brasa con arroz especiado.
    • Halwa omaní: postre gelatinoso a base de agua de rosas, azafrán, frutos secos y cardamomo.

Moverse por Mascate es fácil y asequible gracias a apps locales como O-Taxi o Marhaba, que funcionan de forma similar a Uber.

Una capital que lo tiene todo

Mascate es una ciudad para saborear sin prisas, donde la tradición y la modernidad coexisten en perfecta armonía. Desde fortalezas que miran al mar hasta mezquitas de ensueño, pasando por mercados llenos de vida, palacios imponentes y playas silenciosas al atardecer, esta capital no se parece a ninguna otra del Golfo.

Fue un día largo, lleno de contrastes, y una perfecta introducción a lo que sería un viaje fascinante por el corazón de Omán.